e-book para jóvenes: belleza y singularidad de cada vida

Manual de Bioética para Jóvenes: respuestas sencillas basadas en información técnica precisa y rigurosa, que la fe cristiana llena de sentido.

El Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida publicó el Manual de Bioética para Jóvenes, creado por la División de Servicios Web del Dicasterio para la Comunicación de la Santa Sede junto a la Fundación Jérôme Lejeune.

“Con el Manual de Bioética queremos ofrecer a los jóvenes de todo el mundo una herramienta práctica y actualizada para responder a algunas de las preguntas que se anidan en sus mentes ante los grandes retos que plantean los avances científicos y tecnológicos. Respuestas claras, sencillas y completas que pueden ayudar a los jóvenes a comprender la verdad sobre la belleza y la singularidad de cada vida humana”, declara el cardenal Kevin Farrell, Prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida.

Según el Presidente de la Fundación Jérôme Lejeune Jean Marie Le Méné: “el Manual de Bioética para Jóvenes presenta de forma objetiva las grandes cuestiones de la bioética, que todos se plantean. Teniendo como base la ciencia y la razón, pero en el horizonte último de la teología y del Magisterio de la Iglesia, Keys to Bioethics permite al lector comprender de forma sencilla, gracias a una información precisa y rigurosa, que la vida humana es bella y que es necesario tener una mirada de asombro hacia ella, para eliminar los obstáculos que enturbian nuestra comprensión de la misma. Si estas páginas consiguen aumentar nuestro conocimiento sobre la vida y hacernos comprender que todos tenemos una misión como custodios de cada vida humana, entonces habrán conseguido su objetivo”.

La publicación está disponible en forma gratuita en formato e-book en 4 idiomas (italiano, inglés, español y portugués) en formato e-book. 

Link al libro gratuito en Español

El Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida fue instituido por el Santo Padre Francisco, el 15 de agosto de 2016, asumiendo las competencias y funciones que pertenecían al Consejo Pontificio para los Laicos y al Consejo Pontificio para la Familia. Cuenta con un equipo propio de miembros y consultores, incluyendo laicos – hombres y mujeres, solteros y casados​​– que trabajan en diversos campos de actividades y proceden de diferentes partes del mundo. Es competente en aquellas materias que conciernen a la Sede Apostólica en cuanto a la promoción de la vida y el apostolado de los fieles laicos, la atención pastoral de los jóvenes, de la familia y su misión, según el designio de Dios, y la protección y el apoyo de la vida humana. En relación a estos temas, el Dicasterio promueve y organiza congresos internacionales y otras iniciativas que tomen en cuenta tanto el ámbito eclesial como aquél más amplio de la sociedad.

http://www.laityfamilylife.va/content/laityfamilylife/es/news/amorislaetitia/keys-to-bioethics—manuale-di-bioetica-per-i-giovani.html

http://www.laityfamilylife.va/content/laityfamilylife/es/il-dicastero/il-prefetto.html

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Eutanasia Legal: la extraordinaria vulnerabilidad de los pacientes

La extraordinaria vulnerabilidad de los pacientes frente a sus médicos ante su posible participación en la eutanasia legal es analizara en un artículo titulado  Eutanasia no es un tratamiento médico, publicado por el Bristish Medical Bulletin de Oxford Academic, cuyos autores son J. Donald Boudrau y Margaret A. Somervielle.

Los autores expresan que:  …Es importante apreciar cómo la enfermedad afecta a las personas en todas las esferas de sus vidas. Los pacientes se vuelven intensamente vulnerables, impresionables y abiertos al abuso. Pellegrino ha resumido la naturaleza del encuentro clínico elocuentemente como «una constelación peculiar de urgencia, intimidad, inevitabilidad, imprevisibilidad y vulnerabilidad extraordinaria dentro de la cual se debe dar confianza».

Esta vulnerabilidad establece una obligación intensa y duradera de los médicos; deben responder a la persona herida con autenticidad, compasión y sentido moral. Este último exige que los médicos aprovechen y desplieguen sus influencias únicas y poderes persuasivos de una manera particular.

La naturaleza esencial de la medicina ha evolucionado con el tiempo en una dirección que reconoce la extraordinaria vulnerabilidad de los pacientes y los cuida con ferocidad contra su explotación. En parte, esto se ha logrado imponiendo límites inviolables en el terreno de acción del médico.

Además, creemos que, incluso si uno aceptara que la eutanasia era éticamente aceptable, lo cual nosotros no aceptamos, abre demasiadas puertas para el abuso.

La profesión médica ha llegado a una encrucijada; debe elegir si acepta la eutanasia como tratamiento médico, como una extensión lógica de la atención al final de la vida, o puede rechazar la redefinición de su mandato de curación que esto conllevaría.

Creemos que, mirando hacia atrás en el futuro, los eventos de eutanasia de la actualidad se verán como un punto de inflexión, no solo para la profesión de la medicina, sino también para las sociedades.

Cruzando la línea en la arena articulada por Hipócrates, que como médico «no le daré un medicamento mortal a nadie si me lo solicita, ni haré una sugerencia al respecto», resultaría en que el «médico como sanador» se convertiría en ‘doctor como verdugo’.

En resumen, la curación y la eutanasia simplemente no son compatibles y la eutanasia nunca puede considerarse «tratamiento médico».

Mag. Pablo Torres

Fuente:

https://academic.oup.com/bmb/article/106/1/45/321635

Eutanasia legal: severa disminución en la atención de pacientes terminales en Holanda

Holanda fue el primer país del mundo en legalizar la eutanasia, en 2002.

En una entrevista dada a la investigadora Dra. Anne-Mrie The a más de siete años de la aplicación de la normativa, la Dra. Els Borst, ex ministro de salud y viceprimer ministro que guió el tratamiento de  la ley a través del parlamento holandés, admitió que la calidad de la atención médica para los enfermos terminales había disminuido desde que entró en vigencia la ley.

La investigadora Dra. Anne-Mrie The dijo al respecto que “los cuidados paliativos eran tan inadecuados en Holanda que los pacientes a menudo preguntan para la eutanasia por miedo a morir en agonía porque el cuidado y el alivio del dolor son muy pobres.” La investigadora agregó que se había instalado la mentalidad de: ‘pensar que lo hemos arreglado todo de manera ordenada adoptando la eutanasia”

Esta percepción es consistente con otros estudios que indican que el cambio social ha llevado a que la actitud de negar la eutanasia sea considerada como una forma de discriminación contra las personas con enfermedades crónicas, ya sean físicas o psicológicas, porque esas personas se verán obligadas a «sufrir» más tiempo que las personas con enfermedades terminales.

Los hechos muestran que la eutanasia ha pasado de ser una medida de último recurso a una de intervención temprana.

A esto se ha sumado que la eutanasia no voluntaria ha pasado a justificarse  apelando al deber social de los ciudadanos y al pilar ético de la beneficencia.

Mag. Pablo Torres

Fuentes:

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3612319/

Eutanasia y suicidio asistido: la ilusión de salvaguardas y controles

Un artículo de la US National Library of Medicine, National Institutes of Health analiza que en todas las jurisdicciones, se establecieron leyes y salvaguardas para prevenir el abuso y el mal uso de estas prácticas. Las medidas de prevención han incluido, entre otros, el consentimiento explícito de la persona que solicita la eutanasia, la notificación obligatoria de todos los casos, la administración solo por médicos y la consulta de un segundo médico.

La investigación proporciona evidencia de que estas leyes y salvaguardas son regularmente ignoradas y transgredidas en todas las jurisdicciones y que las transgresiones no llegan a ser penadas por la justicia.

Cita ejemplos en que alrededor de 900 personas al año reciben sustancias letales sin haber dado su consentimiento explícito, o de lugares en que casi el 50% de los casos de eutanasia no se informan.

El estudio analizar que la mayor tolerancia a las transgresiones en sociedades con tales leyes representa una «pendiente resbaladiza» social, y que, aunque la intención inicial era limitar la eutanasia y el suicidio asistido a una opción de último recurso para un número muy pequeño de personas con enfermedades terminales, algunas jurisdicciones ahora extienden la práctica a recién nacidos, niños y personas con demencia.

En algunos casos, una enfermedad terminal ya no es un requisito previo y se está considerando la eutanasia para cualquier persona mayor de 70 años que esté «cansada de vivir». La legalización de la eutanasia y el suicidio asistido, por lo tanto, pone en riesgo a muchas personas, afecta los valores de la sociedad con el tiempo y no proporciona controles ni salvaguardas.

El cambio social ha llevado a que el hecho de negar la eutanasia sea considerado como una forma de discriminación contra las personas con enfermedades crónicas, ya sean físicas o psicológicas, porque esas personas se verán obligadas a «sufrir» más tiempo que las personas con enfermedades terminales. La eutanasia no voluntaria ahora se justifica apelando al deber social de los ciudadanos y al pilar ético de la beneficencia. Así, la eutanasia ha pasado de ser una medida de último recurso a una de intervención temprana.

Mag. Pablo Torres

Fuente:https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3070710/

Cuestión de vida o muerte: qué hacer ante el atragantamiento

El atragantamiento por comida es una causa de muerte perfectamente evitable, tal cual ilustra un artículo de Analía Filosi, para El País.

El informe contiene datos que todos deberíamos conocer:

¿Por qué no hablar y comer al mismo tiempo?

La boca se separa en dos sectores: uno que va hacia la vía respiratoria (laringe, tráquea) y luego otro hacia el esófago. Hay una tapita, llamada epiglotis, que es la que permite, junto con las cuerdas vocales, el proceso de la fonación. Cuando uno habla, esa tapita se levanta para que pase el aire que llega a las cuerdas vocales, las tensa y se produce el habla.

“Cuando vamos a comer esa tapita se baja, tapa el sector de las cuerdas vocales y la comida va hacia el esófago. Si uno está hablando, esa tapita se está moviendo. Entonces si uno está comiendo, masticando, tragando y hablando, un pequeño sector del bolo alimenticio se puede ir hacia donde no debe, el aparato respiratorio”, explicó el especialista.

Si el trozo es pequeño, se puede sacar con una fibrobroncospía –colocación de un tubo–, pero si es muy grande y queda trancado en ese sector, impidiendo que pase el aire, la persona muere de asfixia porque no puede generar una ventilación.

El ABC de la asistencia de pacientes en emergencia

Los profesionales de emergencias manejan un sistema internacional de nemotecnia para la atención de pacientes graves: el ABC.

A, la vía aérea. “Lo primero que nos fijamos es si la persona tiene su vía aérea permeable. Cuando una persona está inconsciente, la causa más frecuente de obstrucción de la vía aérea es la propia base de la lengua que cae hacia atrás y obstruye el lugar común entre la vía aérea y la digestiva. Entonces no permite que pase el aire. Si no hay lesión cervical, se resuelve muy fácilmente generando una extensión de la columna y una elevación del mentón”, detalló el doctor Blauco Rodríguez según informa El País.

B la ventilación. Hay que ver si la persona tiene una expansibilidad toráxica en cada movimiento respiratorio.

C tiene que ver con la circulación y se trata de comprobar si la persona está en un paro cardiorrespiratorio, si tiene pulso y si presenta algún sangrado externo visible. “Lo que hay que hacer si vemos un sangrado es tomar algo para taparlo enseguida, hacer una compresión”.

Qué hacer

Según el mismo informe: Ante un episodio de atragantamiento lo que se debe hacer es una maniobra que aumente la presión intratorácica porque, si hay un cuerpo extraño, esa presión puede expulsarlo hacia afuera.

Si la persona que se atraganta está acompañada, se recomienda que quien está con ella practique la maniobra de Heimlich. “La persona que se está atragantando, por lo general, lo primero que hace es llevarse las manos al cuello por reflejo. La otra persona se debe poner por atrás, abrazarla con las dos manos, juntar una mano con el puño cerrado y con la otra empujar lo que vendría a ser la boca del estómago o el sector bien debajo del esternón. Aprieta desde adelante hacia atrás, de abajo hacia arriba, para aumentar la presión dentro del tórax para que la persona expulse el cuerpo extraño”, explicó Rodríguez.

Hay que intentarlo una y otra vez hasta que ocurra. Si no sale el objeto, en poco tiempo la persona va a perder el conocimiento porque al primer órgano al que no le llega el oxígeno es el cerebro. “Ahí ya estaríamos en un grado evolucionado y se le podría generar aumentos fuertes de la presión en ese sector para tratar de sacar el objeto o, ya que está inconsciente, abrirle la boca e intentar sacarlo con algo”, agregó el especialista.

Si el que se atraganta es un niño, lo que se hace es pegarle en el tórax con la palma de la mano para aumentar la presión y que el cuerpo salga despedido.

Si uno está solo, hay que hacer algo para generar un aumento de la presión intratorácica. Lo más común es buscar una mesa que esté a la altura del sector abdominal, de la boca del estómago, tomar un poco de carrera, impulsarse y apretar ese sector del cuerpo contra el borde de la mesa.

Un dato a tener en cuenta es que el atragantamiento es más frecuente en los dos extremos de la vida. “En el niño porque no es consciente exactamente del proceso de deglución y si le dan algo muy grande para comer puede tener un proceso de asfixia. Y en el adulto mayor porque, por pérdida de la musculatura para generar la masticación o por pérdida de piezas dentarias, se le dificulta el proceso de desmenuzamiento de los alimentos”, apuntó Rodríguez.

(…)

Tiempo.

Importante: Queda claro que el factor tiempo es fundamental a la hora de asistir a una persona atragantada. “Una persona se muere tanto más rápido por asfixia que por una arteria lesionada. Es decir, no se va a morir seguro por la lesión de la arteria, pero sí se va a morir si tiene la vía aérea obstruida”, subrayó Rodríguez.

Por eso es clave conocer las maniobras de primeros auxilios teniendo en cuenta lo que hoy tardan las emergencias móviles en llegar al lugar del llamado, sea porque está alejado de un centro poblado o porque hoy el tránsito está mucho más congestionado que en otras épocas.

“O hacemos la maniobra nosotros o la persona literalmente estará muerta. Será por muerte cerebral. El corazón sigue bombeando, pero bombea sangre sin oxígeno. A los tres, cuatro, cinco minutos ya hay muerte de neuronas y es irreversible. Por definición, una persona está muerta cuando tiene muerte encefálica, aunque siga teniendo pulso”, detalló el médico para el informe de El País.

Si la víctima es adulto o niño

1) Párese detrás de él. 2) Coloque un puño justo por encima del ombligo de la persona y debajo de las costillas, con el pulgar contra el abdomen. 3) Cubra el puño con la otra mano y presione hacia adentro y hacia arriba del abdomen con la fuerza suficiente para despegar los pies de la víctima del suelo. 4) Si es un niño, no presione con tanta fuerza como para levantarlo del suelo.

Si la víctima es un bebé

Si se trata de un lactante (menor de dos años), póngalo sobre su brazo boca abajo, usando el muslo como apoyo. Sostenga el pecho del pequeño con la mano y la mandíbula o los dedos, manteniendo la cabeza más abajo que el resto del cuerpo. Dé cinco golpes fuertes y rápidos entre los omóplatos, con la base de la palma de la otra mano.

Si la víctima está inconsciente

1) Colóquese sobre las piernas de la persona y ubique las palmas de la mano entre las costillas y el ombligo, poniendo una mano sobre la otra y ejerza presión con el peso de su cuerpo. 2) Cuando el objeto es desalojado y la víctima respira, solicite atención médica.

Si la víctima está embarazada

Si no es posible abrazarla, ejerza presiones en la mitad del esternón desde detrás de la víctima. Si las presiones no expulsan el objeto, apoye el pecho de la mujer con una mano y dele golpes en la espalda con la otra mano.

Si la persona está sola

Sentarse y doblar el cuerpo de manera que las piernas presionen el estómago. O presionar el vientre contra el respaldo de una silla o el borde de una mesa.

Fuente:

https://www.elpais.com.uy/vida-actual/atragantamiento-actuar-evitar-muerte-asfixia-minutos.html

Imagen:

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Necesidad de avanzada: La Humanización de la Medicina

Es realmente muy notorio el progreso tecnológico actual. Los avances de la medicina moderna son casi de ciencia ficción, lo que ha reportado logros muy buenos en todo lo que concierne a arribar a un diagnóstico correcto, así como los tratamientos de vanguardia en múltiples afecciones y enfermedades.

Por otro lado también el avance de una mentalidad técnica nos pone de cara frente a temas éticos como el hacer todo lo que es posible sin preguntarnos si es necesario o lícito hacerlo. Como afirma Benedicto XVI “el poder hacer no sirve para nada si no sabemos para qué lo hacemos, si no nos interrogamos acerca de la verdad de las cosas”.

Estos cambios han derivado en una mejora en la expectativa de vida por encima de la octava década, un aumento de las enfermedades crónicas y sus secuelas, la mayoría de las cuales son incurables o irreversibles, y con un envejecimiento poblacional cercano al 15 % en nuestro país.

A pesar de los esfuerzos de la medicina por mejorar la calidad de vida de las personas y alargar en años su existencia, se ha generalizado en los últimos años una cultura que infravalora la vida humana, y promueve leyes en este sentido, aumentando el número de abortos y eutanasia a nivel mundial. Esta cultura, no del cuidado sino del descarte, como ha denunciado el Papa Francisco en varias oportunidades, atenta sobre todo contra los derechos de las personas más vulnerables de la sociedad.

Esto se ha acompañado de un aumento en la violencia a nivel general con un impacto negativo en la salud de las personas.

El derecho a la Salud

Sabemos que la salud es un derecho universal, sin embargo se cumple de manera desigual en los distintos países y regiones del planeta.

La medicina moderna se ha visto fortalecida en muchos aspectos y resentida en otros. Por ejemplo el aumento en la subespecialidad ha dado lugar a que los médicos puedan capacitarse mejor en alguna área particular, dando lugar a verdaderos expertos en la temática. Sin embargo, en ocasiones, esto ha favorecido el “perder de vista” al enfermo, pudiendo generar lo que Balint denominó “la complicidad en el anonimato”, o sea que varios especialistas tratan al enfermo, pero se hace difícil identificar quién es su médico de referencia.

La falta de tiempo y por tanto de un contacto de calidad con el enfermo y su entorno es otro factor que afecta la buena comunicación y la relación médico-paciente-familia.

El hecho de padecer una enfermedad vuelve más frágil a una persona y en esta situación de vulnerabilidad el enfermo tiene derecho a recibir una atención personalizada y humana, comprensiva y cercana.

Para esto es importante la correcta formación de todo el personal de salud, recordando siempre que los pacientes padecen su enfermedad a nivel físico, psicológico, moral y espiritual, requiriendo por tanto un abordaje integral. Lo que debe caracterizar a los cuidadores es la dedicación y el amor con el que servimos a nuestros pacientes.

El hospital: sitio extraño

La hospitalización genera en el paciente una ruptura con su entorno. En general acontece que el enfermo ingresa en un ambiente extraño, que muchas veces puede generarle una dificultad en la adaptación a su nueva condición de enfermedad y que en caso de extenderse en el tiempo o en intensidad, repercute negativamente en la persona y su familia.

Surge nuevamente la importancia de considerar a los enfermos en su totalidad, más allá de su dimensión patológica.

Debemos recordar que el hospital surgió para dar respuesta a tantas personas que sufrían y quedaban excluidas de la sociedad. Son los cristianos, muchos siglos atrás, los primeros que se dedican al cuidado de estos enfermos llevando la caridad y el consuelo que Jesús nos pide. (Mateo 25).

Es muy positivo que la medicina continúe sus avances, sin descuidar por ello lo esencial. Atendemos a seres humanos vulnerables que necesitan también de nuestras cualidades humanas: Calidez, Empatía, Respeto, Cariño, Acompañamiento (CERCA).

Es llamativo como la mayor parte de las demandas de los pacientes a los médicos no se deban a una mala práctica, sino a la falta de comunicación e información adecuadas. Los médicos prestamos a los pacientes una ayuda técnica, donde la confianza juega un importante rol. Es probable que ellos puedan evaluarnos más por todo aquello que si comprenden y forma parte de su realidad cotidiana: el saludo, la cordialidad, la educación, la verdadera preocupación por su situación, la sonrisa. Esto también repercute positivamente en el cumplimiento posterior del paciente a su tratamiento. De hecho muchos pacientes no aceptan la prescripción o el consejo médico cuando no están satisfechos con el trato recibido. La confianza de los pacientes en el profesional y su capacidad técnica está condicionada en gran medida por el apoyo emocional que reciben de él.

La mayor accesibilidad de los pacientes a información, no siempre adecuada a su caso,  da lugar a un aumento en las expectativas y probabilidad de litigios, favoreciendo la medicina defensiva de hoy día.

Invertir tiempo en mejorar la relación y la comunicación entre ambas partes genera una acción positiva sobre la salud física y psicológica del paciente, así como la satisfacción personal del médico, que también tiene derecho a encontrar la tarea que realiza grata y edificante para su vida.

A pesar de los muchos avances tecnológicos, es tiempo de seguir valorizando la tarea del médico y su rol de consejero insustituible, por lo que corresponde a nosotros preservar la medicina y reivindicarla como vocación, ya que asumirla de este modo es lo que hará posible la comprensión más completa del ser humano y su defensa a nacer, vivir y morir con dignidad.

Silvana Fiamene