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Don Jacinto Vera. «El misionero santo» en Buen día Uruguay
«Don Jacinto Vera. El misionero santo» en La Mañana en Casa
Cardenal Sturla: La Alegría de la Salvación
La Carta Pastoral del Arzobispo de Montevideo, Cardenal Daniel Sturla, “Devuélveme la Alegría de la Salvación”, está recorriendo caminos seguramente impensados por su autor.
La histórica parroquia de San Patricio en Miami Beach, Estados Unidos, la ha compartido en su página de inicio junto a unos pocos documentos relevantes y actuales sobre la vida de la Iglesia Católica en los Estados Unidos y del mundo.
Compartimos el link e invitamos a los lectores a leer o volver a leer esta invitación a la fe que está siendo descubierta en distintas partes del mundo.
Mons. Sanguinetti: Grano de Mostaza
Mons. Dr. Alberto Sanguinetti Montero es Obispo Emérito de Canelones, Uruguay, desde el 19 de marzo de 2021.
Uno de los pensadores más brillantes y desafiantes de Uruguay nos regala semanalmente audios de aproximadamente 10 minutos que se distribuyen por WhatsApp, por la página web https://amicus-sponsi.com/ y por el Canal YouTube amicus Sponsi Alberto Sanguinetti.
Compartimos a continuación el link a algunos Granos de Mostaza:
Triunfo de la vida: derogan fallo que impuso el aborto
El 24 de junio de 2022 la Corte Suprema de los Estados Unidos emitió un fallo que puede resumirse en el siguiente párrafo el cual forma parte de la opinión emitida por el Juez Samuel Alito:
El aborto presenta una cuestión moral profunda. La Constitución no prohíbe que los ciudadanos de cada estado regulen o prohíban el aborto. Roe y Casey se arrogaron esa autoridad. Ahora anulamos esas decisiones y devolvemos esa autoridad al pueblo y sus representantes electos.
Esta decisión está siendo celebrada por los movimientos pro-vida de Estados Unidos y del mundo entero, y está motivando una ola de protesta de los movimientos y organizaciones pro-aborto.
El Presidente de los Estados Unidos Joe Biden está siendo criticado por su reacción a este fallo con títulos como el siguiente:
Biden dice falsamente que el fallo sobre el aborto convierte a EE. UU. en «un caso atípico entre las naciones desarrolladas». Irlanda y Alemania, por ejemplo, prohíben la mayoría de los abortos después de las 12 semanas
Un artículo de Fox del día 24 de junio comenta sobre las expresiones del Presidente Biden: ...en comparación, el aborto solo está permitido en casos de violación, incesto o cuando la vida de la madre está en peligro en Polonia. En Irlanda y Alemania, los procedimientos de aborto están prohibidos en la mayoría de los casos después de las 12 semanas. Italia no permite abortos después de los 90 días, o menos de 13 semanas. Francia, Austria y España han prohibido el procedimiento después de 14 semanas. (…)
«Mantener las leyes que restringen el aborto a pedido después de las 20 semanas situaría a Estados Unidos más cerca de la corriente internacional, en lugar de dejarlo como un país periférico con políticas de aborto ultrapermisivas», afirmó el Instituto Charlotte Lozier, un grupo pro-vida, en un comunicado. El informe señaló que la lista de naciones donde el aborto es legal después de las 20 semanas incluye a Corea del Norte, China y Vietnam. El Centro de Derechos Reproductivos estima que 12 países ahora permiten el aborto hasta las 20 semanas, dijo a Politifact un asesor legal del grupo el mes pasado. El Reino Unido permite abortos hasta 24 semanas, según el Servicio Nacional de Salud de la nación.
Por su parte, el arzobispo José H. Gómez de Los Ángeles, presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB) y el arzobispo William E. Lori de Baltimore, presidente del Comité de Actividades Pro-Vida de la USCCB emitieron la siguiente declaración:
Este es un día histórico en la vida de nuestro país, que conmueve nuestros pensamientos, emociones y oraciones. Durante casi cincuenta años, Estados Unidos ha impuesto una ley injusta que ha permitido que algunos decidan si otros pueden vivir o morir; esta política ha resultado en la muerte de decenas de millones de niños no nacidos, generaciones a las que se les negó el derecho incluso a nacer.
Estados Unidos se fundó sobre la verdad de que todos los hombres y mujeres son creados iguales, con derechos otorgados por Dios a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad. Esta verdad fue gravemente negada por el fallo Roe v. Wade de la Corte Suprema de los Estados Unidos, que legalizó y normalizó la toma de vidas humanas inocentes. Damos gracias a Dios hoy que la Corte ha anulado esta decisión. Oramos para que nuestros funcionarios electos promulguen leyes y políticas que promuevan y protejan a los más vulnerables entre nosotros.
Nuestro primer pensamiento está con los pequeños cuyas vidas han sido arrebatadas desde 1973. Lamentamos su pérdida y encomendamos sus almas a Dios, que los amó desde antes de todos los tiempos y los amará por toda la eternidad. Nuestros corazones también están con cada mujer y hombre que ha sufrido gravemente por el aborto; rezamos por su curación y prometemos nuestra compasión y apoyo continuos. Como Iglesia, debemos servir a quienes enfrentan embarazos difíciles y rodearlos de amor.
La decisión de hoy también es el fruto de las oraciones, los sacrificios y la defensa de innumerables estadounidenses comunes de todos los ámbitos de la vida. Durante estos largos años, millones de nuestros conciudadanos han trabajado juntos pacíficamente para educar y persuadir a sus vecinos sobre la injusticia del aborto, para ofrecer atención y asesoramiento a las mujeres y para trabajar por alternativas al aborto, incluida la adopción, el cuidado de crianza temporal y la atención pública.
Compartimos hoy su alegría y les estamos agradecidos. Su trabajo por la causa de la vida refleja todo lo que es bueno en nuestra democracia, y el movimiento pro-vida merece ser contado entre los grandes movimientos por el cambio social y los derechos civiles en la historia de nuestra nación.
Ahora es el momento de comenzar el trabajo de construir una América posterior a Roe. Es un tiempo para sanar heridas y reparar divisiones sociales; es un momento de reflexión razonada y diálogo civil, y de unirnos para construir una sociedad y una economía que apoyen el matrimonio y la familia, y donde cada mujer tenga el apoyo y los recursos que necesita para traer a su hijo a este mundo con amor.
Como líderes religiosos, nos comprometemos a continuar nuestro servicio al gran plan de amor de Dios para la persona humana, y a trabajar con nuestros conciudadanos para cumplir la promesa de Estados Unidos de garantizar el derecho a la vida, la libertad y la búsqueda de felicidad para todas las personas.
Fuentes:
Vientos nuevos: defensa de la vida
En lo que parece ser un nuevo tiempo marcado por el pasaje de la denuncia a la acción a favor de la vida, los católicos de los Estados Unidos responden al ataque de las organizaciones abortistas: con el compromiso de redoblar sus esfuerzos para acompañar a las mujeres y parejas que enfrentan embarazos inesperados o difíciles, y durante los primeros años de la paternidad, ofreciéndoles atención amorosa y compasiva a través de muchas y distintas iniciativas.
Hay indicios del comienzo de una nueva ola de reacción a favor de los derechos del ser humano no nacido. Un cambio de arie marcado por iniciativas legales que comienzan a poner límite al aborto, particularmente, cuando ya el corazón del niño puede escucharse en el vientre materno.
En este marco ha recorrida el mundo la noticia de la filtración ilegal de un borrador de la Suprema Corte de los Estados Unidos sobre el caso Dobbs v. Jackson Women’s Health Organization, que podría marcar un nuevo hito en esta materia y que motivó la movilización y alerta de los grupos por Aborto.
El borrador reveló la opinión de uno de los jueces respecto de que el fallo Roe v. Wade de 1973 debe anularse para » devolver el tema del aborto a los representantes electos del pueblo». Es claro que la filtración no representa la opinión actual o final del tribunal.
En reacción a los contenidos de esta filtración, el lobby pro-Aborto ha organizado un conjunto de movilizaciones enfocadas en las residencias de los jueces de la Suprema Corte y en los templos de la Iglesia Católica.
Por su parte, los grupos pro-Vida siguen con sus actividades y manifestaciones públicas, a la vez que el presidente del Comité Pro-Vida de la Conferencia de Obispos Católicos de EE. UU. emitió el siguiente llamado a la oración:
“La filtración relacionada con el caso de la Corte Suprema de EE. UU. de Dobbs v. Jackson Women’s Health Organization nos recuerda la necesidad urgente de oración y acción en este momento crucial en nuestro país.
“Como católicos, nos preocupamos por cada niño por nacer y cada madre. Nuestra Iglesia ha testificado consistentemente en palabra y obra que la vida comienza en el momento de la concepción . Como compartieron los obispos en nuestra declaración De pie con las mamás necesitadas: nos comprometemos a ‘redoblar nuestros esfuerzos para acompañar a las mujeres y parejas que enfrentan embarazos inesperados o difíciles, y durante los primeros años de la paternidad, ofreciéndoles atención amorosa y compasiva a través de iniciativas como Walking with Moms in Need y muchas otras’.
“Al mismo tiempo, mientras esperamos la decisión de la Corte, instamos a todos a que intensifiquen sus oraciones y ayunos para que la decisión final de la Corte produzca la revocación de Roe y Casey.
“Esperamos y oramos por un cambio en nuestras leyes y estamos listos para ayudar a todas las mujeres embarazadas que lo necesiten en cada una de nuestras comunidades.
“Nuestra Señora de Guadalupe, ruega por nosotros y guíanos”.
Soplan vientos nuevos. Quiera Dios que marquen un despertar del valor de la vida en occidente.
Dignidad del morir: excluir tanto la eutanasia como la “obstinación terapéutica”
Representantes de la Iglesia Católica en Uruguay participaron el 12 de mayo de una reunión Zoom, convocados por la Comisión de Salud de la Cámara de Representantes. El motivo fue: escuchar su posición respecto al proyecto de ley sobre “Eutanasia y suicidio médicamente asistido”, presentado por el Diputado Ope Pasquet.
Participó por la Iglesia Católica un grupo interdisciplinario integrado por: Mons. Arturo Fajardo (Presidente de la CEU, obispo de Salto), Mons. Pablo Jourdan (obispo auxiliar de Montevideo, Lic. en Moral y Espiritualidad), el Pbro. Luis Cardozo (Lic. en Teología Moral, con una tesis sobre “El enfermo terminal y la cuestión ética sobre de la eutanasia”), el abogado Diego Velazco (profesor y conferencista) y la Dra. Ana Guedes (Oncóloga, diplomada en Cuidados Paliativos y en Bioética).
Las conclusiones del mensaje transmitido al Parlamento, según informa la página web de la Conferencia Episcopal del Uruguay son:
- Nos oponemos, por ser gravemente injustas, a las leyes que pretenden legalizar la eutanasia o aquellas que justifican el suicidio y la ayuda al mismo, por el falso derecho de elegir una muerte definida -inapropiadamente- como “digna” solo porque ha sido elegida “libremente”. Las acciones fácticamente libres pueden ser acordes con la dignidad o contrarias a ella. Sólo las primeras, por respetar la dignidad, son ejercicio de un derecho. No hay derecho a actuar libremente contra el derecho. Por eso, estas leyes quebrantan el fundamento del orden jurídico, el derecho a la vida y el ejercicio de la libertad humana.
- La función del Estado es tutelar la igual dignidad y el consiguiente igual derecho a la vida de todo ser humano. El proyecto presentado pretende modificar la valoración social de este derecho fundamental. No busca que el médico que realiza una eutanasia no vaya preso (ello ya está previsto en la causa de impunidad del homicidio piadoso). Quiere que tal acto no sea considerado delito, que no se proteja el bien jurídico vida como derecho indisponible. En resumidas cuentas, pretende asumir la eliminación de un paciente como un servicio de salud.
- Tutelar la dignidad del morir significa tanto excluir la eutanasia como el retrasarla por medio de la “obstinación terapéutica”. Dignidad en el morir no significa eliminar al paciente sufriente sino acompañarlo, cuidarlo, aliviarle el dolor y ayudarlo para que pueda vivir en paz y lo más serenamente posible la última etapa de su vida.
- Como se ha demostrado por la más amplia experiencia clínica, la medicina paliativa constituye un instrumento precioso e irrenunciable para acompañar al paciente en las fases más dolorosas, crónicas y terminales de la enfermedad. Los Cuidados paliativos son un derecho de toda persona y al mismo tiempo constituyen la expresión más auténtica de la acción humana y cristiana basada en la ética del cuidado. Estos tienen como objetivo aliviar los sufrimientos en la fase final de la enfermedad y de asegurar al paciente un adecuado acompañamiento mejorándole –en la medida de lo posible– la calidad de vida y el completo bienestar. La Medicina Paliativa ha brindado al conjunto de la práctica médica la conciencia y el estímulo para recuperar su más ancestral fortaleza: la humanización de la medicina.
- La experiencia de la aplicación de los cuidados paliativos demuestra que las personas que piden anticipar la muerte, lo que en realidad quieren es no vivir así. Cuando se atienden las múltiples causas del sufrimiento, ya no se pide la eutanasia. Es necesario un compromiso decidido para llevar estos cuidados a quienes tengan necesidad, para aplicarlos no solo en las fases terminales de la vida, sino como perspectiva integral de cuidado con relación a cualquier patología crónica y/o degenerativa, que pueda tener un pronóstico complejo, doloroso e infausto para el paciente y para su familia.
Se puede acceder al Texto completo de la presentación de la Iglesia Católica ante la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados sobre el Proyecto de Ley “Eutanasia y suicidio médicamente asistido” en el siguiente link:
Fuente: página web de la Conferencia Episcopal del Uruguay
Desde Uganda a Uruguay: dejarse sorprender junto al Rosario
La historia de Henry Bukenya merece ser contada, y está recorriendo el mundo bajo el título Uruguay: “Porque esta es mi vocación”, en la forma de un artículo destacado en la página de la Fundación Pontificia “Ayuda a la Iglesia Necesitada” y en la edición de enero de Mirror, la publicación con forma de revista de esa fundación.
Henry Bukenya es un joven ugandés que no conoció a su madre. Ella murió al momento de su nacimiento. Podría tratarse de una historia de abandono más, en el convulsionado país africano. Y en cierto sentido podría serlo, ya que, su padre, que tenía otras tres esposas y siete hijos, no quería saber nada de él. Pero Henry no estaba solo, y su abuela lo acogió, lo bautizó y lo llevó a la escuela y a la parroquia. Allí oyó hablar de la Virgen. “María es mi madre. Siempre que tenía un problema, acudía a ella, pero también para darle las gracias. Y así sigo haciéndolo hoy. Ella me acompaña en mi vida”.
Uganda es un país del centro-este de África, poblado por decenas de grupos étnicos. Se dice que el idioma inglés y el cristianismo son elementos de unión para los pueblos diversos que habitan su territorio. A su vez, el idioma swahili tiende lazos entre los ugandeses y sus vecinos Kenia y Tanzania. Cerca de las cuatro quintas partes de la población es cristiana, integrada por católicos y protestantes (mayoritariamente anglicanos, pero también pentecostales, adventistas del séptimo día, bautistas y presbiterianos). Aproximadamente una octava parte de la población es musulmana. Como en otras partes de África, el Islam y el cristianismo se han combinado con religiones indígenas para formar varias tendencias religiosas sincréticas.
Como evidencia a favor de quienes dicen que no hay nada más práctico que la oración, el artículo de Mirror nos cuenta: Henry se encontró con el Club del Rosario, que reúne a niños que tienen un amor especial por la Virgen y que participan en la iniciativa “Un millón de niños rezando el Rosario”. Hay más de diez mil niños en Uganda que se reúnen dos veces por semana para rezar el Rosario, y Henry participa. Durante años, Blythe Kaufmann, la fundadora del club, se fija en él, pues no todos los jóvenes rezan con tanta devoción como Henry. “María siempre nos lleva a Jesús”, dice Henry, y su sonrisa dice aún más: fue Ella quien le hizo descubrir en su corazón la vocación al sacerdocio.
En un país donde, a diferencia de Uruguay, abundan las vocaciones religiosas, Henry descubrió que quería ser sacerdote católico. La selección de seminaristas suele ser muy estricta en estos días, y lo es particularmente en Uganda, por lo que sucedió lo que se podía esperar: el joven aspirante no fue aceptado en el seminario.
Pero Henry no se rinde, y una y otra vez acude a su Madre: sobrevive con trabajos ocasionales y ayuda en la parroquia, especialmente en el Club del Rosario. Blythe percibe su vocación y habla con el Obispo Jaime Fuentes de Uruguay, que está de visita en Uganda. El Obispo inicia una intensa correspondencia con el que entretanto es ya un hombre joven, y se da cuenta de que Henry va en serio. Juntos deciden que Henry vaya a Uruguay para estudiar Teología en la Diócesis de Minas.
La voluntad de Mons. Jaime Fuentes fue un factor de esperanza para que Henry pudiera cumplir con su vocación, pero venir desde el centro-este de África a estudiar en Uruguay, requiere recursos.
Nuevamente Henry recurrió a la Virgen, se dejó guiar, las puertas se fueron abriendo y los recursos aparecieron. Ahora le queda seguir rezando y estudiando, hasta culminar la carrera, esperar la ordenación poder entregarse a su vocación. El artículo de “Ayuda a la Iglesia Necesitada” culmina diciendo una frase de Henry: “Santa María, sede de la sabiduría, ruega por mí”.
Fuente:https://acninternational.org/es/uruguay-porque-esta-es-mi-vocacion/
Fuerte rechazo al «derecho a matar»
Transcribimos a continuación el comunicado de la Comisión de Familia y Vida de la Conferencia Episcopal del Uruguay, en que se advierte como un paso más en el desconocimiento al derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de la persona.
COMUNICADO DE LA COMISIÓN DE FAMILIA Y VIDA DE LA CEU, con ocasión de la aprobación de la ley que libera el aborto en la Argentina
31 de diciembre de 2020
El hecho de la aprobación en el Congreso de la República Argentina de una ley que libera y favorece el aborto tiene un significado que trasciende ese país y amerita esta breve toma de posición y advertencia.
- La ley crea el derecho a abortar – eufemísticamente llamado interrupción del embarazo –, o sea a impedir la prosecución de la vida del ser humano que hay en el vientre.
Así se legaliza el derecho a matar a un ser humano indefenso. Este supuesto, va contra el derecho a la vida de los seres humanos.
2. Como en la mayoría de los casos similares de otros países, se comienza con algunas causales.
Se pone en primer lugar la violación, en segundo término, se menciona el riesgo de la vida de la madre.
Luego se abre la puerta a todo lo que se quiera: si estuviera en riesgo “la salud integral de la mujer o persona gestante”. Más adelante se define “la salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de afecciones y enfermedades”. O sea para abortar se puede apelar a cualquier situación, que la gestante califique como que atente a su bienestar físico, mental o social: cualquier cosa, no hay límite.
3. Se limita la patria potestad. Uno de los progenitores o responsable legal debe estar presente, cuando se trata de una adolescente de 13 a 16 años, pero no puede oponerse, basta con el asentimiento de ésta. Si hubiera disidencia, decide el profesional. Luego de los 16, decide sin ni siquiera comunicar a los progenitores.
4. Se limita la libertad de educación y se impone a todos los estudiantes, en todas las edades, la enseñanza del aborto como un derecho, unido a otras ideas. “El contenido curricular sobre aborto debe ser enseñado como un derecho de las mujeres y personas gestantes, a través de contenidos científicos, laicos, confiables, actualizados y con perspectiva de género que puedan fortalecer su autonomía”. O sea, según la presente ley no se puede enseñar que el aborto no es un derecho, sino una violación del derecho, tanto por parte de quien lo ejecuta, como por parte del Estado que lo favorece.
ALGUNAS CONSIDERACIONES.
Rechazamos totalmente que se considere un derecho el matar al ser humano gestado en el vientre de la madre o gestante. Lo rechazamos porque niega el derecho del ser humano nascituro.
Lo rechazamos por injusto y falso.
Esta ley de la República Argentina, así como la de la República Oriental del Uruguay, carecen del fundamento del derecho que es la razón, que a su vez reconoce el ser antes de la voluntad de los hombres.
Estas leyes desconocen de facto la Declaración de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
Artículo 3. “Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona”.
La ley pretende borrar la Convención Americana de Derechos Humanos, de San José de Costa Rica.
Artículo 4.1. “Toda persona tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho estará protegido por la ley y, en general, a partir del momento de la concepción. Nadie puede ser privado de la vida arbitrariamente”.
La misma Convención dice que persona se entiende como todo ser humano (art.1.1) y aquí extiende la protección desde el momento de la concepción.
Si, como toda ley y tratado, debe ser interpretado según la mente de los legisladores o participantes, es patente la mentira de quienes quieren defender los Derechos Humanos y le niegan el derecho a la vida al nascituro.
Denunciamos el mayor genocidio de todos los tiempos, que se va propagando en el mundo con el infanticidio en el seno materno, aprobado y promovido desde el Estado. Al se quiere ahora agregar el peso de la muerte provocada en los ancianos y débiles.
Llamamos a seguir trabajando en favor de los demás.
Es imperioso ayudar especialmente a los más débiles, comenzando por los nascituros y siguiendo por las mujeres con dificultades físicas, psicológicas, económicas y espirituales, para dar a luz a sus hijos.
También es necesario ayudar a las madres con síntoma post-aborto y a todos los que tienen secuelas físicas, psíquicas y espirituales por su participación en abortos. Sobre todo estamos llamados a acompañar a las nuevas generaciones, con una educación en la verdad, la virtud, la generosidad, el amor, que valore al otro, incluido el nascituro. Que con una recta formación humana, sexual, familiar estén aptos para comunicar y cuidar la vida humana. No se ayuda a nadie con el aborto.
Exhortamos a mantener la luz de la verdad y el derecho justo.
Seguiremos proclamando, con respeto y firmeza, la iniquidad del aborto y de las legislaciones que lo defienden e imponen social y culturalmente. Buscamos la reversión de una situación tan trágica como es la destrucción de los fetos nascituros. Procuramos una renovación de la sociedad, más virtuosa, más noble y sana.
Estas leyes de legalización del aborto y de imposición de su ejecución por los sistemas de salud y la imposición de su enseñanza como legítima ponen de manifiesto la corrupción de la razón y de los sistemas de pensamiento y de poder que no admiten otra verdad que el interés, sea colectivo, sea grupal, sea individual.
Stat pro ratione voluntas. En lugar de la razón, el fundamento es la voluntad de legalizar lo que se quiere.
Es patente la decadencia de la razón, del derecho y de la justicia en los sistemas de pensamiento que sostienen estas formas de dominación de la vida de los pueblos, en la legislación, los sistemas de salud y de la enseñanza.
La negación del derecho del nascituro y de las personas e instituciones a oponerse al atropello a la razón de estas leyes, socava la legitimidad del sistema democrático y lo vuelve instrumento de injusticia.
Los legisladores no tienen una potestad omnímoda de decidir, aun contra derecho y contra razón. Tampoco los pueblos, o sus mayorías, tienen la potestad omnímoda de crear el derecho.
Sobran ejemplos en la historia para ver cómo mayorías votaron y dieron validez jurídica a dictaduras, gobiernos totalitarios y destructores de los derechos humanos.
No es verdad que porque se haya votado una ley el asunto esté laudado: es sólo una ley injusta votada. No se vuelve buena y recta esa ley porque el pueblo piense de una manera o no haya luchado por cambiarla. Sólo muestra que los pueblos están compuestos por pecadores, son influidos por quienes tienen el poder de distintos medios.
Si así fuera, por ejemplo, la esclavitud estuvo laudada por mucho tiempo.
Las reflexiones anteriores se han hecho a partir de la razón y el derecho común. Ahora queremos recordar que es razonable reconocer al Creador y que fundamenta plenamente la razón y el derecho.
Comprobamos, que desgraciadamente – porque no nos alegramos – la razón sola, el humanismo sin Dios, aún con la mayor buena voluntad, en su propia evolución termina siendo antihumano, porque no fundamenta absolutamente la verdad, la rectitud moral y la dignidad de la persona humana. “La creatura sin el Creador desaparece” (creatura sine Creatore evanescit) GS 36. En esto concordamos con todos los creyentes, porque “cuantos creen en Dios, sea cual fuere su religión, escucharon siempre la manifestación de la voz de Dios en el lenguaje de la creación”.
No aceptamos de ninguna manera que, dentro del pensamiento correctamente admitido, el testimonio de los creyentes, la razón iluminada por la fe, no sea reconocido como fuente del saber legítimo, que fecunde la búsqueda común, mientras sí se puede imponer un pensamiento único, que rechaza la verdad, y se apoya en la voluntad de poder. En este proyecto concuerdan tanto los diferentes marxismos, como las aquellas doctrinas liberales que niegan el señorío de Dios – a lo más lo dejan como un gusto privado -, quedando la verdad reducida a las afirmaciones individuales y a los poderes dominantes.
Por eso, con la razón y la fe, creyentes en el testimonio de Dios dado por Jesucristo, compartimos el reconocimiento último de la dignidad de cada ser humano desde su concepción, fundada en el derecho natural y, en último término, en Dios Creador, Padre de Nuestro Señor Jesucristo.
También compartimos la convicción de que Jesucristo es el único salvador del hombre y de los pueblos. Que Él es el camino y la verdad y la vida.
El Niño Jesús, nacido de María Virgen, es el Logos de Dios, la luz verdadera, que viniendo a este mundo ilumina a todo hombre (Jn 1,9).
Fue Él, quien históricamente, salvó a la humanidad de poner como fundamento del derecho la voluntad del soberano, sea éste el rey – en un sistema monárquico – , en los grupos preponderantes – en sistemas oligárquicos –, sea en el pueblo o en sus mayorías – en regímenes democráticos. Con ello, libera a la razón y al derecho, para que se someta a la verdad. En este caso libera de la atrocidad de justificar legalmente la destrucción de los hijos e imponer esta justificación por la enseñanza dirigida por el Estado y obligar a todos a aceptar tamaña iniquidad. Así nos hace verdaderamente libres.
Elevamos a Dios, nuestro Señor, nuestras súplicas por todos los males de la humanidad, en particular los de la actual pandemia. Por medio de Santa María y de San José le pedimos por su Hijo, el Verbo hecho carne, nos abra los ojos, y con verdadera libertad asumamos la responsabilidad de librar a nuestros pueblos de la oscuridad fruto del pecado y trabajar por la vida y la salvación de todos.
Canelones, 31 de diciembre de 2020.
por la Comisión de Familia y vida de la CEU
Mons. Alberto Sanguinetti Montero
Presidente
Carlos Queraltó y María Teresa Zerbino
Secretarios ejecutivos