Jacinto en pocas palabras

¿Quién fue Monseñor Jacinto Vera?

Nuestro primer obispo casi no aparece es los libros de historia actuales. Sin embargo, en los documentos reunidos para su causa de canonización, en la visión de quienes lo conocieron y convivieron con él, se revela como un personaje fascinante, un uruguayo típico, un claro ejemplo de la garra charrúa y la viveza criolla bien entendidas. Le decían el Obispo gaucho, el Padre de los Pobres, el Padre de la Iglesia nacional, el Padre del Clero nacional, el Apóstol de la caridad cristiana, el Defensor de la Iglesia, el Obispo Misionero, el Santo.

Pero además de haber sido una personalidad interesante, Jacinto vivió en tiempos interesantes, entre 1813 y 1881, y fue uno de los protagonistas del período histórico durante el cual Uruguay se consolidó como Estado y como Nación. Al punto que no podemos entender el Uruguay de hoy si desconocemos su legado. La invitación es entonces, a conocerlo.

Don Jacinto Vera – El niño “gaucho”

Los padres de Jacinto, Josefa y  Gerardo, emigraron a América desde las Islas Canarias. Gente pobre, campesinos, buscaban un futuro mejor para su familia. Cuando embarcaron, doña Josefa estaba embarazada de su cuarto hijo.

Los viajes por mar eran entonces largos y complicados. Venían hasta el Río de la Plata, porque allí tenían familiares afincados. Frente a las costas de Santa Catalina en Brasil, donde hoy es Florianópolis, el 3 de julio de 1813, a bordo del barco nació Jacinto.

Tuvieron que quedarse un tiempo en suelo brasilero, por luchas políticas en su proyectado destino.  Al fin pudieron seguir viaje hasta las costas del departamento de Maldonado,  en  el abra del Mallorquín, donde arrendaron una chacra y se dedicaron a trabajar en familia. En esos años, Jacinto fue creciendo como un niño “gaucho”, según él mismo decía, que se vestía con poncho, chiripá y botas de potro.

Don Jacinto Vera – “A remolque”

Como buena familia española de la época, los Vera eran muy religiosos. Jacinto vivió la fe en la dinámica familiar. Cuando tenía unos trece años, sus padres lo llevaron a Montevideo, al Convento de los Franciscanos, para hacer su primera confesión. De esa experiencia, después le contaría a un amigo que su mamá lo tuvo que entrar al templo “a remolque”, porque tenía un susto bárbaro.

Un poco después tomó su Primera Comunión en la Capilla de Doña Ana, que quedaba en Toledo, a legua y media del campo paterno. El templo, en esa época era el centro social principal, el lugar donde se reunían los habitantes dispersos de un territorio poco poblado. Los bautismos, las primeras comuniones y otras celebraciones terminaban con comidas compartidas, y hasta bailes. A estas reuniones las llamaban “funciones religiosas”. Jacinto, junto a sus padres y hermanos, participaba de estos festejos.

Don Jacinto Vera – Enamorado de su misión

Cuando Jacinto tenía 19 años, en 1832, lo invitaron para una “tanda” de ejercicios espirituales. Su amigo, Cristóbal Bermúdez, que quería ser fraile franciscano pero no tenía recursos para pagarse la formación, cuando en una de las funciones religiosas en la Capilla de Doña Ana, se enteró que Jacinto se había anotado para hacer los ejercicios, le preguntó en broma si estaba pensando meterse a cura. Y Jacinto le respondió en términos que hoy podríamos traducir como: “¿Yo, cura? Ni loco”. Concretamente, le contestó que no podía entender que hubiera hombres dispuestos a dedicarse al sacerdocio.

Sin embargo, la experiencia de los ejercicios espirituales cambió su vida. Allí descubrió la vocación de consagrarse al servicio de Dios. Tuvo que vencer muchísimas dificultades para llegar a ordenarse sacerdote, pero era muy joven, tenía una fe inquebrantable y estaba enamorado de su misión.

Laura Álvarez Goyoaga

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Fallece el Dr. José Carlos Pena y nos deja su testimonio de vida

El sábado, 15 de febrero de 2020 falleció, el Dr. José Carlos Pena, intelectual uruguayo de amplia trayectoria en los ámbitos públicos y privados.

Fue Presidente del Banco de la República, Presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Washington y Vicepresidente del Banco Central del Uruguay. Poseedor de una excepcional formación intelectual se ha preocupado de acercarnos una actualizada bibliografía que nos remite a corrientes de pensamiento necesarias para entender el estado del conocimiento científico y teológico a nivel internacional.

En sus últimos años puso su imparable energía al servicio de lo que entendía era su Misión. Sentía que estaba sembrando en el desierto pero que valía la pena hacerlo. Solamente la muerte pudo detener su capacidad de transformar sus reflexiones en libros. Fue así que nos dejó: Jesús como historia (2005); El origen del hombre (2010); Dios y Darwin (2014); Universo y Vida (2107); Adán, Eva y Pecado (2019); El futro del cristianismo – Catolicismo y Evolución (2019). Al momento de su fallecimiento estaba en proceso de publicación Inteligencia Artificial, cuyo manuscrito empieza con las siguientes palabras, que reflejan el espíritu de este gran hombre que tuvimos la gracia de conocer:

Este libro no tendría que haberse escrito. La razón es sencilla, había decidido que El futuro del Cristianismo – Catolicismo y evolución, después de media docena de otros libros previos, era el tipo con el cual despedirse. Pero no escribir más libros, equivale a dejar de pensar. Mucho me preocupaba el posible éxito de la inteligencia artificial, porque además de amenazar la sobrevivencia de la humanidad, implica un desafío a las doctrinas cristianas.

Pero bien o mal, lo fui escribiendo. Fue entonces que llovieron más razones para que el libro no existiera: un par de enfermedades me golpearon conjuntamente, se enamoraron de mi y no me dejaron. Esto que hoy ofrezco, es todo lo que pude hacer, escribiendo entre jarabes y píldoras.

Una vez terminado, comencé con mis tareas de editor: varios capítulos me agradaron y uno, poco. Al intentar vigorizarlo y mejorarlo, noté la escasez de mis fuerzas y mi poco poder de concentración que inviabilizaba todo intento. Espero que Dios me perdone y ustedes también.

Uno de los presentadores a su último libro, al otro día del lanzamiento en la Universidad Católica le escribió un cálido mensaje que culminó con una frase que hacemos propia:  “agradecido a Dios por usted y por los frutos de su esfuerzo; y a usted por su tenaz fidelidad a esa llamada”

Imagen: https://lacitadina.com.uy/2014/05/28/si-tu-pudieras-explicar-a-dios-entonces-tu-serias-dios-2/

Kobe Bryant: un testimonio para recordar

El mundo se conmovió el domingo 26 de enero con la muerte del basquetbolista Kobe Bryant, en un accidente de helicóptero, junto a nueve personas incluyendo a su hija de 13 años, Gigi.

El accidente coincidió con el día en que se jugaría el Pro Bowl, partido que marca el final oficial de la temporada de fútbol americano en los Estados Unidos, y con la entrega de los Premios Grammy en el Staples Center de  Ángeles. En ambos espectáculos, jugadores y músicos rindieron homenaje a Bryant. Numerosos equipos de la NBA dejaron que el reloj se agotara al comienzo de los juegos para recodar al No. 24 de la camiseta de Kobe. También fue pospuesto el partido previsto entre el equipo de Bryant, los Lakers, y los Clippers. Seguramente los Lakers le harán un homenaje en su próximo partido en casa.

En Nueva Orleans celebraron la vida de Bryant en la moda NOLA con una marcha de segunda línea completa con una banda.

El alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti, tuiteó: «estas son luces para una leyenda. El ayuntamiento de Los Ángeles se iluminó de púrpura y dorado a partir de las 8:24 de esta noche, en honor a la legendaria carrera por el campeonato de Kobe Byant y en memoria de su hija Gianna, y todos los que perecieron en la tragedia».

Ante de su funeral, miles comenzaron a reunirse fuera del Staples Center de los Ángeles para hacer vigilia, acompañados con su camiseta, flores y fotos de su equipo, los Lakers.

Hay mucho que agradecer por la vida de Bryant: uno de los más grandes jugadores de básquet de todos los tiempos: su brillante carrera de 20 años de la que se retiró en 2016 con Los Angeles Lakers, donde ganó 5 campeonatos de la (NBA), un premio del Jugador Más Valioso (MVP, por sus siglas en inglés), dos campeonatos de puntuación y un sinnúmero de reconocimientos.

Un esposo y padre que en 2015 dio testimonio público de que su fe católica lo ayudó a superar un periodo difícil en su vida. Una fe en la fue criado por su familia en Italia y en la que se casó en 2001, en una parroquia del sur de California.

Hay mucho que agradecer por la vida de este hombre que supo superar momentos difíciles en el año 2003 cuando fue acusado y arrestado con cargos de violación a una mujer en una habitación de hotel. En ese episodio, Bryant admitió que tuvo un encuentro sexual con la mujer, pero negó que la haya violado. Finalmente los cargos fueron retirados y Bryant publicó una disculpa a su acusadora, con quien también llegó a un acuerdo en una denuncia civil: “Aunque verdaderamente creo que este encuentro entre nosotros fue consensual, reconozco que ella no vio y no ve este incidente de la misma forma en la que yo lo vi. Después de meses de revisar los hallazgos, escuchar a su abogado, e incluso su testimonio en persona, ahora entiendo cómo se siente y que ella no consintió con este encuentro”.

Gracias por este ser humano que supo levantarse y que en el año 2015 hablaba públicamente de su decisión de dejar atrás algo de la superficialidad que él sentía que había construido en su persona pública: “Lo que llegué a entender, saliendo de Colorado, es que yo tenía que ser yo, en lugar de dónde estaba en ese momento”.

Gracias también por un sacerdote que no conocemos, pero que, según contaba el mismo Bryant, lo ayudó a hacer algunos importantes descubrimientos personales durante aquella dura prueba que amenazó su libertad: “lo único que realmente me ayudó durante ese proceso –soy católico, fui criado católico, mis hijas son católicas– fue hablar con un sacerdote”.  Aciprensa recuerda textualmente las palabras de Bryant al respecto: “De hecho fue algo gracioso: él me mira y dice ‘¿lo hiciste?’. Y yo digo ‘por supuesto que no’. Entonces me pregunta ‘¿tienes un buen abogado?’. Y yo estoy como que ‘uh, sí, él es fenomenal’. Así que entonces él dijo ‘déjalo ir. Sigue adelante. Dios no te va a dar nada que no puedas manejar, y está en sus manos ahora. Esto es algo que no puedes controlar. Así que déjalo ir’. Y ese fue un punto de inflexión”.

Gracias porque a pesar de sus errores, supo y pudo conservar su matrimonio. ¡Cuántas veces habrá rezado por ello! En 2011 su esposa Vanessa le pidió el divorcio a Kobe, alegando diferencias irreconciliables. Pero Bryant decidió no rendirse y luchar por su familia: dos años después su esposa retiró su solicitud de divorcio. En 2015 sus palabras eran: “No voy a decir que nuestro matrimonio es perfecto” (…) “Aún peleamos, como toda pareja casada. Pero sabes, mi reputación como atleta es que soy extremadamente decidido, y que trabajaré duro. ¿Cómo podría hacer eso en mi vida profesional si no era así en mi vida personal, cuando eso afecta a mis hijas? No tendría ningún sentido”, añadió.

Gracias por la fe que acompañó a Bryant, su esposa Vanessa y familia en su asistencia regular a su parroquia de Orange County, California. El obispo del condado de Orange Timothy Freyer se refirió a Kobe con estas palabras: “era un católico comprometido que amaba a su familia y amaba su fe” (…) “Como residente de hace mucho tiempo del condado de Orange y feligrés de nuestra diócesis, Kobe asistía con frecuencia a misa y se sentaba en la parte de atrás de la iglesia para que su presencia no distrajera a la gente de centrarse en la presencia de Cristo”

Gracias por este hombre que disfrutó de la alegría de ayudar a los necesitados a través de la Fundación Familiar Kobe & Vanessa Bryant. Su fundación ayudó a financiar refugios para jóvenes sin techo, así como otros proyectos dirigidos a servir a los más pobres. Respecto a ello, dijo a la prensa en el 2012: “Tienes que hacer algo que tenga un poco más de peso, un poco más de significado, un poco más de propósito”. La falta de hogar, “es algo que se deja de lado porque es fácil culpar a quienes no tienen hogar y decir ‘bien, tú tomaste esa mala decisión. Esto es donde estás. Es tu culpa’”. (…)“En la vida todos cometemos errores y dar un paso atrás y permitir que alguien viva de esa forma y de alguna manera lavarte las manos… eso no es correcto”.

Gracias también porque pocas horas antes del accidente, Kobe y su hija Gigi tuvieron la gracia de comulgar en la parroquia Nuestra Señora de los Angeles en Newport Beach. Según se informa:  los dos presenciaron la misa desde la parte de atrás…

Desde Sentido Común, damos gracias por la vida de Kobe. Concédeles Señor el descanso eterno, y que brille para ellos la luz perpetua.

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En el siguiente link podrán encontrar la canción homenaje que Bad Bunny escribió en homenaje a Kobe, el hombre de fe que nunca bajó los brazos:

Fuentes:

https://www.aciprensa.com/noticias/la-fe-catolica-de-kobe-bryant-74425

Los gritos del silencio: Mártires cristianos de los siglos XX y XXI

Los gritos del silencio es el título en español de la multipremiada película dirigida por Roland Joffé del año 1984, que narra el genocidio cometido durante el régimen comunista del Khmer Rouge liderado por Pol-Pot en Camboya, cuando murieron por lo menos dos millones de personas entre 1975 y 1979. Haing S. Ngor, el actor que interpretó en ella al reportero local Dith Pran, médico de profesión, fue él mismo un sobreviviente del régimen del Khmer Rouge y de los campos de trabajo forzado. Ngor nunca había actuado antes; de su papel en la película, le dijo a la revista People en 1985: «Quería mostrarle al mundo cuán profundo es el hambre en Camboya, cuántas personas mueren bajo ese régimen comunista. Mi corazón está satisfecho. He hecho algo perfecto». Denunciar a tiempo y a destiempo: ese fue el trabajo de Ngor. Hoy poco se recuerda la película y los horrores que relata, pero menos incluso todavía se habla de horrores cotidianos como la persecución y muerte que han sufrido y siguen sufriendo en los siglos XX y XXI millones de cristianos, por el simple hecho de profesar su fe.

“El principio, falsamente jurídico, que en el tiempo de Nerón justificaba la muerte de los cristianos era el dicho: ‘Christianos esse non licet’ (‘no es lícito ser cristiano’). Sin embargo, muerto Nerón y los emperadores que de él heredaron el ‘hobby’ de la persecución, el maldito aforismo continuó en rigor; entró en las leyes de muchos Estados, en la mente sofisticada de los filósofos, como Voltaire y Marx, y en la mente morbosa de los dictadores como Stalin, Hitler, Mao y Pol-Pot”. Con este párrafo inicia Máximo Astrua su libro Los mártires del siglo XX.

Este artículo pretende hacer un repaso muy sumario de una realidad que continúa cobrando víctimas ya entrado el siglo XXI, mientras la opinión pública parece haber adoptado por consenso la determinación de ocultarla bajo un manto de silencio, que no consigue sin embargo acallar los gritos.

Tomemos algunos datos del artículo “Los mártires del siglo XX y la nueva evangelización”, escrito por el Obispo auxiliar de Madrid Mons. Juan Antonio Martínez Camino en el año 2015. “El siglo XX ha sido el siglo de los mártires cristianos y de las víctimas de los totalitarismos, que se cuentan por decenas de millones. Pero casi nadie habla de ello” afirma el autor, porque ellas “son difícilmente compatibles con la imagen idealizada que ha sido elaborada por los altavoces de la ideología del progreso acerca del siglo XX, que se nos presenta solo como el siglo del progreso y de las declaraciones de los derechos humanos”. “Las cifras de España son enormes, pero palidecen ante las que conocemos de otros lugares, sobre todo de Rusia. En España, 12 obispos fueron asesinados por ser obispos.; en Rusia, 250 obispos ortodoxos. Si en España asesinaron unos 7.000 sacerdotes, religiosos y religiosas por su condición de tales, en Rusia las cifras resultan verdaderamente escalofriantes: 200.000 miembros del clero y del monacato (obispos, sacerdotes, monjes, diáconos y religiosas) fueron asesinados entre 1917 y 1980. Y solo entre 1937 y 1938 fueron arrestados en Rusia 165.100 sacerdotes ortodoxos, de los cuales fueron fusilados 105.000. Añade datos también escalofriantes sobre mártires polacos, alemanes, chinos, coreanos, vietnamitas, mejicanos, y africanos.

Lamentablemente, el siglo XXI no se queda atrás. InfoVaticana, en un artículo del año 2017, deja una lapidaria y terrible constatación: “En los dos últimos años, al menos 8.313 cristianos han sido asesinados por su fe y uno de cada seis vive en países en los que existe persecución religiosa. El cristianismo es, en la actualidad, la religión más perseguida del mundo”. Acompaña la afirmación con el siguiente listado escalofriante:

  • Octubre 2010, Irak, muerte de 52 personas y decenas de heridos en una iglesia.
  • Enero 2011, Egipto, muerte de 21 personas en una iglesia cristiana copta.
  • Julio 2012, Kenia, asesinato de 17 personas en varios ataques perpetrados contra iglesias.
  • Septiembre 2013, Pakistán, muerte de 79 personas en un atentado suicida contra una Iglesia.
  • Diciembre 2013, Irak, muerte de 38 personas por un coche bomba junto a una iglesia.
  • Febrero 2014, Nigeria, muerte de 60 estudiantes por disparos, acuchillados y quemados vivos en una escuela cristiana.
  • Noviembre 2014, Kenia, muerte de 28 cristianos que viajaban en un autobús.
  • Febrero 2015, asesinato de 21 cristianos coptos secuestrados en Libia, que se difundió por video.
  • Abril 2015, Kenia, muerte de 147 cristianos en el ataque a la Universidad de Garissa.
  • Marzo 2016, Yemen, muerte de cuatro hermanas Misioneras de la Caridad y otras doce personas en una residencia de ancianos.
  • Marzo 2016, Pakistán, muerte por atentado suicida de 72 personas de la comunidad cristiana que se ese día celebraba la Pascua.
  • Julio 2016, Francia, asesinato del sacerdote Jacques Hamel, de 86 años, mientras celebraba misa.
  • Diciembre 2016, Egipto, muerte de treinta personas en un atentado contra una iglesia.
  • Marzo 2017, Egipto, muerte de 46 personas en dos iglesias.
  • Mayo 2017, Egipto, muerte de 29 cristianos coptos en un autobús que se dirigía a un monasterio.

Jaime Septién, por su parte, cita la nueva Lista Mundial de la Persecución (LMP) 2019, elaborada por la organización Puertas Abiertas, según la cual 73 países del mundo alcanzan niveles de persecución “altos”, “muy altos” o “extremos” en relación a los cristianos. “La LMP 2019 ratifica un año más que la persecución a cristianos a escala global no es un acontecimiento aislado, sino que vive una tendencia al alza que no parece tener límites” afirma el autor. “La cifra de cristianos perseguidos a un nivel ‘alto’, ‘muy alto’ o ‘extremo’, según la estimación actualizada, es ya de cerca de 245 millones en todo el mundo solo para la suma de los países que conforman los primeros cincuenta puestos de la lista”. Nigeria y China son escenarios de los mayores crímenes, del mayor número de personas presas por su fe, y de alarmantes cifras de iglesias atacadas.

En su artículo para Aleteia, Salvador Aragonés reseña que durante el año 2018 “Un total de 36 sacerdotes han sido asesinados (…) frente a 15 asesinados el año 2017, según informa Ayuda a la Iglesia que Sufre, lo que equivale a tres asesinatos al mes. Por su parte, la Agencia Fides informa que han sido asesinados 40 misioneros en 2018, en su mayoría sacerdotes, cuando en 2017 la cifra alcanzó casi la mitad”.

Las crónicas resultan espeluznantes, pero ninguna de ellas puede conmover al mundo con la cercanía de la masacre en Sri Lanka de la cual fuimos testigos el pasado Domingo de Pascuas. Con un sangriento saldo de 253 muertos y 500 heridos, una vez más consiguió que la prensa hiciera referencia a los cristianos como la comunidad religiosa más perseguida en el mundo.

Se dice que los mártires nos ayudan a entender cómo crece la Iglesia. Ya lo dijo San Juan Pablo II: los mártires del siglo XX fueron “los testigos de la gran causa de Dios en el siglo del ateísmo”. En tiempos en que el relativismo busca imponerse como valor supremo, son testimonio vivo y elocuente del camino verdadero hacia el amor, la justicia, la libertad, el perdón. Sus gritos resonarán aunque pretendan callarlos… pero no seamos cómplices de ningún silencio.

Laura Álvarez Goyoaga

Fotografía: REUTERS / ATHIT PERAWONGMETHA

Fuentes:

https://es.wikipedia.org/wiki/The_Killing_Fields

file:///C:/Users/Usuario/Downloads/Martires%20del%20siglo%20xx.pdf

https://www.almudi.org/articulos/9384-los-martires-del-siglo-xx-y-la-nueva-evangelizacion

Mártires del siglo XXI: Miles de cristianos asesinados por su fe en los últimos años

https://www.aciprensa.com/noticias/misioneros-martires-el-papa-lamenta-el-aumento-misioneros-asesinados-47374

https://www.clarin.com/mundo/muerte-sri-lanka-eslabon-violencia-cristianos_0_ocS7Kynh6.html?fromRef=facebook

https://www.iglesiacalatravas.com/arte/iconos-de-los-m%C3%A1rtires-del-siglo-xx-en-madrid-y-de-san-juan-pablo-ii/m%C3%A1rtires-del-siglo-xx-qui%C3%A9nes-son/https://www.religionenlibertad.com/cultura/61981/victimas-martires-ponencias-sobre-los-martires-cristianos-del-siglo.html

Periodismo y presunta objetividad

El periodismo, en sentido amplio, se define como esa actividad cuyo
fin es recolectar, sintetizar, jerarquizar y publicar información
significativa, o valiosa, de interés general, relativa a hechos del
presente, del pasado o del futuro, a partir de una búsqueda en
fuentes seguras y verificables.

Los periodistas suelen posicionarse en el rol de difusores de
información objetiva, que actúan de manera neutral. ¿Esta supuesta
objetividad o neutralidad es real? Hay como una especie de
presunción de que es así, pero no tenemos nunca que perder de vista
que el periodista que nos cuenta una noticia, es un sujeto histórico, y
lo que expresa es en última instancia su visión personal de esos
hechos.

Es muy fácil verificar que la objetividad absoluta no existe. Un mismo
acontecimiento, observado por distintos periodistas, recibe
tratamientos y versiones diferentes. Es más, en las sucesivas
ediciones de un diario o semanario, o las emisiones de un informativo
de radio o televisión, de cada noticia se hacen correcciones,
agregados, aclaraciones, rectificaciones.

Pensemos en cuántos factores entran en juego aquí: cuando
aparecen hechos que pueden ser convertidos en noticias, el periodista
o el medio elige cuáles se cubren y de cuáles no se habla. También
decide a partir de qué fuentes se informa, qué recortes hace al
material que tiene para presentarle al público, y la forma en que
presenta la noticia. Elige el título, el colgado o subtítulo, las fotos.
Incluye algunas cosas, y saca otras.

Esto pasa porque informar no es disinto de opinar o interpretar.
Decidir cuál es el objeto de la información es dar una opinión.
Podemos decir que el periodista, en este sentido, construye la
realidad. El periodismo es una actividad humana. Es decir, pasa por
la subjetividad de quien lo realiza. Por ese motivo tenemos que tener
mucho cuidado en nuestro rol de receptores de noticias, para ser
capaces de discernir la intención detrás del autor.

Un solo ejemplo basta para ilustrar esta reflexión: el tratamiento que
la prensa da a los temas vinculados con la fe cristiana. En el mes de
octubre de 2017, como corolario del “Encuentro con María”, en la
rambla del Buceo se celebró una misa campal a la que asistieron
30.000 personas, dando lugar a un fenómeno socio-cultural e histórico de impresionante relevancia, que dio pie a notas y entrevistas en radio y televisión, y desbordó las redes sociales. Ese sin dudas era un “notición”: 30.000 personas se reúnen a celebrar una misa, dentro de un clima de fraternidad, paz y alegría, en el país más secularizado de América Latina. Tuvo, es cierto, cobertura de prensa, pero mucho más modesta que la que tuvieron otros hechos de menor significación.

Algunos medios, incluso, en lugar de profundizar en el análisis de las
repercusiones de fondo de este evento insólito, eligieron en cambio
dedicar grandes espacios a informes sobre la crisis del sacerdocio, o a
cómo la sociedad uruguaya iba a contramano del modelo de valores
propuesto por la Iglesia. Sin dudas estamos ante un caso de
información sesgada, donde el periodista a cargo deja de lado lo
importante o hasta trata de minimizarlo, ocupándose en cambio de
temas secundarios. ¿Por qué? Hay muchas respuestas posibles, pero
en Uruguay todas ellas marcadas por la impronta del laicismo. Hay
quien dice que creer en Dios es para algunos un tabú, algo
políticamente incorrecto, y esa creencia afecta su visión con sesgos
subjetivos. Hay también quien dice que las salas de prensa de los
grandes medios sufren de un tipo particular de falta de diversidad,
que tiene que ver con la ausencia de la perspectiva desde la fe
católica. Se procura que estén representadas todas las visiones
posibles para que haya una discusión plural, entonces habrá dentro
del grupo periodistas que aporten la visión de las diferentes
minorías… pero no la del cristiano, que por añadidura está lejos de
ser una minoría.

Quienes hablan de “objetividad” y “periodismo independiente”,
incluso con buena intención y convencidos de lo que dicen, pierden de
vista esta realidad. Nosotros, como receptores de noticias, si no
queremos que nos manipulen, no podemos olvidarnos de ella.

Por eso, cada vez que al informado le llegue una noticia, parece
buena recomendación observarla desde una perspectiva que tenga en
cuenta las limitaciones propias del género. Desde un aunque sea
mínimo marco teórico, que le permita recordar que nadie habla desde
el vacío.

Laura Álvarez Goyoaga

Recomendaciones para evaluar una página web

Aplicamos a Sentido Común los criterios de evaluación de páginas web recomendados por UC Berkeley. La idea es que esta evaluación pueda hacerla el lector con cualquier página web que consulte.

Internet, y particularmente las páginas web son la principal fuente de información en el mundo actual. Es claro que no toda la información que podemos encontrar en una página web es buena. Tomadores de decisiones, estudiantes y personas que quieren estar bien informadas se enfrentan a la necesidad de evaluar las fuentes de información.

Por tal motivo, les traemos a continuación una auto evaluación de Sentido Común, en base a las recomendaciones de la UC Berkeley, conforme a su traducción al Español por parte de la Universidad de Córdoba.

Según se recomienda, antes de salir de la lista de resultados de búsqueda, es necesario recoger la mayor información posible de las direcciones electrónicas (URL) de cada página, en nuestro caso https://sentidocomun.blog/, y a continuación hacerse una serie de preguntas, teniendo en cuenta lo siguiente:

“¿Es la página personal de alguien? Lea cuidadosamente la dirección: Busque un nombre de persona. Es el servidor de un ISP comercial u otro proveedor de la página web hosting (como aol.com o geocities.com)”.

Luego explica: “Las páginas personales no son necesariamente ‘malas’, pero hay que investigar cuidadosamente al autor. Para las páginas personales, no hay editor o propietario del dominio que responda por la información en la página”.

Sentido común es un blog, cuya confiabilidad proviene de la identificación personal de su Directora, escritora y profesional uruguaya de reconocida trayectoria. Está escrito por un equipo de trabajo, y con motivo de su lanzamiento en setiembre 2018, se realizaron notas en radios de Montevideo (Radio Oriental y Radio Universal).

“¿De qué tipo de dominio proviene? (educativo, sin ánimo de lucro, comercial, gubernamental, etc). ¿Es la extensión del dominio adecuado para el contenido?

  • Sitios Gobierno: buscar .gov, .mil.
  • Sitios Educación: buscar .edu.
  • Organizaciones sin ánimo de lucro: buscar .org (aunque esto ya no se limita a organizaciones no lucrativas).

Muchos códigos de país, tal como .us, .uk, y .de, ya no están bien controlados y podrían tener un mal uso”.

La recomendación en tal sentido es: “Busque que la página web tenga un lenguaje apropiado. ¿Qué tipo de fuente de información cree que es más fiable para su tema?”.

Sentido común es una página de divulgación, información y opinión, que publica materiales de calidad. La calidad de los materiales puede valorarse en el leguaje y en la cita permanente de fuentes a las cuales puede acceder el lector para complementar o verificar la información. Realizamos controles para que nuestro material tenga la calidad requerida por estudiantes e investigadores.

“¿Quién ‘publicó’ la página? ¿Está publicada por una entidad con autoridad en la materia?

  • En general, el editor es la agencia o persona que opera el ‘servidor’ desde el que se expide el documento.
  • El servidor es generalmente nombrado en la primera parte de la URL (entre http:// y la primera /).
  • ¿Has oído hablar de esta entidad antes? ¿Se corresponde con el nombre de la página?”.

La U.C.Berkeley recomienda analizar: “¿Expresa la página más que una opinión? ¿Hay alguna razón por la que debería creer en su contenido más que cualquier otra página? ¿Es la página una diatriba, un punto de vista extremo, posiblemente distorsionada o exagerada? Si no puede encontrar las credenciales pertinentes, consulte cuidadosamente la documentación de las fuentes (siguiente sección). Cualquiera puede poner cualquier cosa en la Web por unos céntimos en sólo unos minutos. Su tarea consiste en distinguir entre la fiabilidad y lo cuestionable. Se debe esperar lo mismo tanto de la credenciales, autoridad y documentación sobre el autor que de lo publicado por un reputado medio impreso (libro, artículo de revista, periódico bueno)”.

Las publicaciones de Sentido común tienen el respaldado de su Directora y en algunos casos llevan la del autor.  Está escrito por profesionales en las distintas materias de que se trata, nombres con presencia semanal o quincenal en programas radiales y medios escritos del Uruguay, docentes universitarios y personas con experiencia y conocimiento en los temas sobre los que escriben.

En los casos en que emitimos opinión, sostenemos nuestras posiciones con argumento y fuentes públicas. Propiciamos un diálogo honesto con quienes comparten o no nuestros puntos de vista.

Sentido Común no oculta su visión católica de la cultura y la sociedad. Tenemos presente que etimológicamente la palabra católico significa ‘universal’, y que ese fue el espíritu que inspiró el conocimiento universitario.

En relación a la búsqueda de señales de calidad, U.C.Berkeley propone las siguientes técnicas de evaluación web:

“1.   Busque un enlace llamado ‘enlaces’, ‘sitios adicionales’, ‘enlaces relacionados’, etc.

2.  En el texto, si ve pequeños números a pie de página o vínculos que pudieran referirse a la documentación, tómese tiempo para explorarlos.

¿Qué tipos de publicaciones o sitios son? ¿Son de buena reputación? ¿Académicos?

¿Son reales? En la Web (donde ningún editor ha editado más páginas), es posible crear referencias totalmente falsas.

3. Mire el editor de la página (primera parte de la URL).

Los artículos de revista, prensa y algunas otras publicaciones deberían venir de la editorial original SI la publicación está disponible en la Web.

Mire en la parte inferior de dichos artículos para la información de copyright o los permisos para reproducir”.

Sentido Común se destaca por la calidad de sus referencias, y buscamos siempre invitar a los lectores a acceder a las mismas para para complementar, ampliar o verificar la información. Con espíritu docente propiciamos que nuestros lectores investiguen. Somos fervientes defensores de los derechos de autor, y cuidamos identificar las citas entre comillas y/o en cursiva.

“¿Están las fuentes documentadas con notas a pie de página o enlaces? ¿Dónde consiguió el autor la información?  (debe tener la documentación) Si hay enlaces a otras páginas como fuentes, ¿son de fuentes fiables? ¿Los enlaces funcionan?”.

La fundamentación de esta pregunta es: “En el trabajo académico de investigación, la credibilidad de la mayoría de los escritos se demuestra a través de la nota de documentación u otros medios de revelar las fuentes de información. Un trabajo académico sin documentación no tiene credibilidad, es como expresar una opinión. Una excepción puede ser el periodismo de los periódicos de gran reputación. Los enlaces que no funcionan, o que llevan a otras páginas débiles o marginales, no ayudan a reforzar la credibilidad de su investigación”.

Sentido Común documenta sus fuentes con notas o enlaces que el lector podrá encontrar y verificar en la parte final de nuestros artículos. Varios de los integrantes de nuestro equipo han realizado tesis o actuado como tutores de tesis, por lo que nos auto imponemos los más altos niveles académicos en nuestra actividad de divulgación.

“Si reproduce la información de otra fuente, ¿está completa, no está alterada, no es falsa o está falsificada?

¿Está reescrita? Si es así, se podría cambiar fácilmente.

¿Es una reproducción de un artículo de otra publicación?

¿Están autorizados para reproducir la información de copyright?

¿Hay alguna razón por la que no hay enlaces a la fuente original si está en línea en lugar de reproducir la misma?”.

Fundamento de las preguntas: “Puede que tenga que encontrar el original para asegurarse que no es una copia alterada e incompleta. Mire la dirección: ¿es de la fuente original? El artículo legítimo debe ir acompañado de la declaración de derechos de autor y / o permisos de reproducción. Si no es así, desconfíe”.

Sentido Común busca siempre facilitarte al lector el acceso a los documentos originales en los casos en que corresponde. Por ser una página de difusión, todos nuestros materiales, salvo expresión explícita, pueden ser reproducidos mencionando la fuente.

“¿Es esto tan creíble y útil como los recursos (libros, artículos de revistas, etc.) disponibles de forma impresa o en línea a través de la biblioteca?

¿Está siendo completamente justo? ¿Demasiado duro? ¿Totalmente objetivo? ¿Exige el mismo grado de ‘prueba’ que se da a una publicación impresa?

¿Es el sitio bueno para algunas cosas y no para otras? ¿Están sus expectativas predisponiendo su interpretación?”.

La fundamentación traducida por la Universidad de Córdoba es: “¿Qué se espera de usted (…) respecto a la calidad de su información? En general, la información publicada se considera más fiable que lo que está en la Web. Pero muchos organismos ponen a nuestra disposición excelente información al publicarla en Internet. Esto se aplica a la mayoría de los gobiernos, la mayoría de las instituciones y sociedades, mu chas editoriales y fuentes de noticias. Pero tómese tiempo para comprobarlo”.

Sentido Común parte de la visión católica del servicio a la verdad, mediante una aproximación racional, objetiva y libre. Compartimos la postura de que la objetividad pura no existe, por lo que un enfoque honesto y racional debe comenzar con la explicitación de las premisas o posturas filosóficas de las que nadie es ajeno.

En muchos casos nuestros artículos analizan y referencian publicaciones directas de gobiernos o instituciones autorizadas. En nuestro equipo hay personas que trabajan tanto en la escritura, como en la actividad editorial de libros impresos, y transmiten ese rigor a esta publicación web.

Con la satisfacción de haber compartido este ejercicio de auto evaluación con nuestros lectores a partir de la excelente publicación de la Universidad de Córdoba, ponemos como siempre a disposición los links a los documentos referidos, en los que estudiantes e investigadores podrán encontrar otras direcciones para profundizar en la Evaluación de Fuentes WEB.

Fuentes:

El niño migrante que llegó a Obispo: La inspiradora vida del actual Obispo Emérito de Maldonado – Punta del Este

La diócesis de Maldonado–Punta del Este comprende los departamentos de Maldonado y Rocha, con un territorio de 7.584 kilómetros cuadrados y una población estable de 220.071 habitantes. Cada año, recibe turistas que llegan a duplicar esta cantidad.

Rodolfo Wirz es a partir de fines de 2018 Obispo Emérito de Maldonado y Punta del Este, diócesis que gobernó durante 33 años, dando acogida en nombre de la Iglesia a un sinnúmero de influyentes personalidades, muchas de las cuales seguramente tomaron importantes decisiones para sus vidas personales, sus propios países o empresas, en los templos y servicios religiosos que lo tuvieron como pastor.

Quienes alguna vez estrecharon su mano seguramente tuvieron la impresión de estar ante un representante de esa generación de uruguayos distinguida por su cultura, afabilidad y capacidad de hacer sentir al recién llegado como parte de la propia familia. Además de su amplia sonrisa y andar elegante, lo caracteriza una expresión que suele destacar en sus celebraciones religiosas: estamos en nuestra casa y ojalá cuando salgamos, algo cambie en nuestra mente y en nuestro corazón.

A pesar de hablar español como un nativo de estas tierras, Mons. Rodolfo Wirz nació el 19 de abril de 1942 en Schwarz-Rheindorf, Alemania, en plena 2da. Guerra Mundial, conflicto en que resultó muerto su padre un 24 de diciembre (vísperas de Navidad).

Su relación con Uruguay surgió por un tío sacerdote, quien en 1939 pudo escapar a tiempo de la cárcel y llegó a la Parroquia de Paso de las Duranas de Montevideo, en Millán y Castro, donde lo recibieron los Oblatos de San Francisco de Sales. Ese sacerdote fue quien invitó a la Sra. Wirz con su niño Rodolfo a radicarse en Uruguay, para comenzar una nueva vida.

Fue en estas tierras que Rodolfo tuvo su despertar vocacional, y luego de los estudios correspondientes, el 21 de diciembre de 1968 fue ordenado Sacerdote, y Obispo en 1985. Desde ese entonces y hasta el año pasado gobernó la diócesis de Maldonado–Punta del Este. Durante esos 33 años le tocó dos veces asumir también la administración apostólica de la vecina Diócesis de Minas.

Fue Presidente de la Conferencia Episcopal del Uruguay. En tal calidad, en el año 2014 participó en el Sínodo de los Obispos sobre el tema: “Los desafíos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización”, convocado por el Papa Francisco. Entrevistado en esa oportunidad por Radio Vaticano, aludió a su experiencia como sacerdote y obispo en Uruguay y brindó un mensaje que es representativo de su modo de ver la vida, animando a que padres, hijos, abuelos, nietos se unan en una oración, diaria en lo posible, que sea gratificante y no aburrida, porque si Jesús está presente en el corazón de ellos, siempre ayuda dar un toque de alegría, de sensatez, de misericordia y bondad.

A los 30 años de su servicio episcopal confesó a su pueblo en una carta pastoral que…cada día me resulta más complicado, pero a la vez me siento más contento y convencido de mi misión en esta entrega a todos Uds. Compruebo que más allá de las novedades de la tecnología, todo ser humano tiene necesidad de comprensión, perdón y misericordia.

El actual Obispo titular de Maldonado – Punta del Este, Mons. Milton Tróccoli, al asumir esta diócesis puso en palabras un sentimiento compartido: gracias Mons. Rodolfo porque has estado estos más de 30 años aquí como el que sirve, sin perder tu disponibilidad, tu creatividad, y tu entrega pastoral. ¡Gracias!.

Mons. Wirz, el niño inmigrante huérfano de padre que llegó a estas tierras huyendo de las desgracias de la guerra, brinda con su vida plena y fructífera testimonio vivo de la alegría de la fe, mientras nos regala frases tan criollas como: la dejo picando, Jesús es el verdadero regalo de Navidad.

La luz de Mons. Roberto Cáceres

El domingo 13 de enero, cerca de la medianoche, a los 97 años, falleció Mons. Roberto Cáceres, Obispo emérito de Melo.

Las redes sociales estallaron de testimonios, mensajes de agradecimiento a Dios y oraciones que hablan por sí mismas. Transcribimos solamente algunas, aunque todas van en similar sentido:

  • Falleció Mons. Cáceres. El Pastor Bueno y querido…Gracias por todo lo que diste al pueblo.
  • Falleció Mons. Roberto Cáceres, un santo entre nosotros. Que descanse en paz.
  • Mi querido Monseñor Cáceres un santo más en el cielo.
  • Oremos agradecidos por su larga vida, por su vocación de servicio, fidelidad al Evangelio, a la Comunidad y a los más descartados de todos los tiempos.
  • (emoticones de corazón) hasta Dios.
  • Un Santo en la tierra, un Santo en el cielo.
  • Tenemos en el Cielo un intercesor y protector!
  • QEPD y que su vida de buen pastor nos anime a todos

Uno de los mensajes que más me impactó fue el de un amigo que puso en su muro del Facebook: no lo esperaba. No nos lo esperábamos. Es que Mons. Cáceres se había convertido en una leyenda viviente, y para quienes lo conocieron es difícil imaginar el mundo sin su presencia física.

Mons. Roberto Cáceres perteneció a la emblemática generación del 45. Decía que su principal motivo de reconocimiento era el haber vivido tantos años, aunque la realidad era que iluminaba y enseñaba con su sola presencia, y aún con sus casuales comentarios llenos de la sabiduría de un hombre sumamente ilustrado y dedicado a los demás.

Recibió múltiples homenajes en vida, y sus relatos fueron recogidos por distintos autores. En el libro del Dr. Tomás Sansón Levadura Fuero y Sal cuenta que al lado de la casa en que nació había un cine mudo del cual, como era muy pequeño, entraba y salía cuando quería. Esa anécdota le marcó su afición por la música, que lo acompañó a lo largo de su vida. Hombre de Radio, tanto en la producción como en la salida al aire. En su juventud encarnó al Padre Vicente en el radioteatro “Diario de un cura de barrio” que fue muy popular en Carve, donde llegó a cantar villancicos y tocar el acordeón. Poseía una voz hermosa que, aún en su sus últimos años, se distinguía de la de los demás Obispos en las grandes procesiones.

El actual Obispo de Melo Mons. Heriberto Bodeant, al comunicar el triste acontecimiento, expresa:

Muchos pensamientos y recuerdos se me cruzan en la mente… ¡cuántos más en quienes lo conocieron y trataron desde su llegada Melo en 1962!

“…que al final de mi vida / quede mi canto despierto / que todo coyuyo muerto / deja una luz encendida” decía Osiris Rodríguez Castillos en una de sus canciones. La luz del coyuyo es una lucecita, pero aún así lo sobrevive. La luz de Mons. Roberto es una gran luz, la luz de una persona luminosa. No una luz de brillo estridente, sino una luz apacible. Alguna vez un hermano Obispo le dijo que estaba “enfermo de optimismo”. Yo creo que Monseñor no era un optimista, sino algo mucho más profundo: fue un hombre de esperanza. Que la luz de esa esperanza que él supo comunicar y sostener “en el nombre del Señor” –su lema episcopal– siga iluminando el camino de todo el Pueblo de Dios que peregrina en Cerro Largo y Treinta y Tres.

Desde Sentido Común compartimos la gratificante combinación profundo agradecimiento a Dios por la vida del Mons. Rodolfo Cáceres, y sincero pesar por su partida a la Casa del Padre. Que descanse en Paz y que sus obras sigan iluminando estas tierras, tan necesitadas de testimonios de vida como el suyo.

Todos, tod@s, todxs o todes

En el binomio lenguaje-cultura, el llamado “lenguaje políticamente correcto” aparece como un tema recursivo. Implica una práctica intencionada de reemplazar las palabras supuestamente “condenables” por otras más adaptadas a la sensibilidad actual, más de acuerdo con esta época que supuestamente respeta todas las posibles diferencias. Pero esta práctica de discurso, en realidad no es tan tolerante ni tan inclusiva.

En el paraguas de la ideología de género, lo políticamente correcto pasa por el llamado “lenguaje inclusivo”. Allí encontramos la imposición práctica (muy alejada de la economía del lenguaje) de duplicar los términos para que sean abarcativos, hablando por ejemplo de “los y las estudiantes”, “niños y niñas”, “alumnos y alumnas”, y así en todos los casos. Estrategias más radicales han promovido en ámbitos institucionales, oficiales, o hasta en las interacciones cotidianas, la sustitución de la regla productiva actual que se usa para formar el plural en español, por el uso de la “@”, la letra “x” o, más recientemente, luego de constatarse las dificultades de pronunciación que no permiten extender al habla esta praxis, la letra “e”.

Negarnos a usar el lenguaje inclusivo, puede provocarnos alguna que otra situación incómoda, y despertar reacciones airadas: que nos tilden de conservadores, retrógrados, incapaces de pensar diferente a la moral tradicional que nos inculcaron. Incluso puede llegar a generarnos problemas legales en el ámbito civil y hasta penal.

Pero no es eso lo que propongo analizar hoy, sino enfocarnos en cómo estas prácticas sociales, que de hecho se nos imponen, a través de una sanción social, o incluso de normas jurídicas, no son movidas espontáneas de una sociedad o una cultura, sino que obedecen a técnicas basadas en prestigiosas teorías académicas, que tienen años de desarrollo.

Analizando el lenguaje humano, quiero invitarlos a detenernos en tres de las características de los signos lingüísticos. La primera: son arbitrarios, porque en ellos, la asociación entre ciertos símbolos o sonidos por un lado, y ciertos objetos o ideas, por otro, surge de la práctica. Llamamos mesa a la mesa, no porque la palabra tenga algo que ver con el objeto, sino porque nos pusimos de acuerdo en que a ese objeto le llamemos mesa.

Otro rasgo: para la comunidad que los utiliza, los signos lingüísticos son inmutables, pero a la vez también mutables, porque con el paso del tiempo pueden alterarse, y su significado puede cambiar. Por último, son culturales: manifiestan un vínculo particular entre los sujetos y el mundo. ¿Qué nos dicen estos tres rasgos? Que si bien el lenguaje no acepta cambios de reglas automáticos, con paciencia e insistencia, puede perfectamente manipularse.

Pretendo entonces ilustrar con esto, cómo poco a poco, orquestadas, repetidas con perseverancia, las estrategias aplicadas para cambiar nuestra forma de hablar nos van “encorsertando”. Casi sin darnos cuenta, incorporamos estas imposiciones sociales. Hace unos años atrás, nadie se habría cuestionado usar el plural en masculino para referirse a un grupo de niños. Hoy, sin embargo, la mayoría, incluidos quienes no están ideológicamente de acuerdo con ella, van a aplicar la fórmula inclusiva, diciendo “niños y niñas”. Se lo he visto hacer de manera mecánica hasta a docentes que habían escrito artículos en contra de estas prácticas.

Y si bien hoy a muchos nos parece ridículo hablar de “les niñes”, usando la letra “e” en los plurales, ¿qué nos depara el futuro? De mantenerse la militancia activa de quienes promueven el cambio, es probable que lo impongan a la larga. No olvidemos que las autoridades del sistema educativo nacional dejan la aceptación del uso del lenguaje inclusivo en las aulas de secundaria, librado al criterio del docente, con su libertad de cátedra. No olvidemos tampoco que, según trascendió en la prensa, a los niños de preescolares se les enseña una canción cuya letra dice: “todes juntes jugamos”.  

Este cambio que se está imponiendo gradualmente en occidente, ¿tiene algún soporte teórico en el cual se apoya? La respuesta es afirmativa. Se apoya en la teoría de la Relatividad Lingüística de Sapir-Whorf, la cual propone que la estructura del idioma que hablamos configura el modo en el que pensamos.

El lenguaje corresponde a una visión de mundo. Es totalmente válido y razonable entonces que, quienes consideran por ejemplo que en occidente esa visión está “atravesada por una concepción del poder, y que dicho poder responde a una perspectiva patriarcal y heteronormativa”, pretendan usar este conocimiento para cambiarla. En otras palabras: si controlo tu lenguaje, controlo tu pensamiento.

Las discrepancias son parte de la pluralidad de la sociedad democrática, y son también las bases para un diálogo real. Sin discrepancias, hay monólogo, no diálogo. Pero una cosa son los cambios sociales naturales, y otra los impuestos por planificaciones totalitarias de ingeniería social o cultural. Para no ser víctimas pasivas de quienes promueven estas manipulaciones, es que tenemos que estar muy atentos e informados.

Laura Álvarez Goyoaga

Consenso moral

Cuando hablamos de “consenso” pensamos en un acuerdo entre los miembros de una sociedad, en referencia a principios, valores y normas, a partir de la existencia de creencias compartidas.

En su artículo titulado What Do We Agree On? El profesor David Carlin recuerda que hace tiempo atrás era una creencia asumida que la coherencia social exigía profesar una religión común. Esta fe compartida garantizaba el consenso moral necesario para que las distintas comunidades alcanzaran la convivencia pacífica y fructífera dentro de la sociedad. No obstante ello, las sucesivas guerras por motivos de fe que en particular sacudieron a Europa, determinaron la convicción de que la uniformidad impuesta no siempre funcionaba bien, y allí se sentaron las bases de la libertad religiosa. Fue un proceso lento y gradual, al cabo del cual tanto América como Europa concluyeron que la sociedad bien podía permanecer unida sin necesidad del consenso en dicho ámbito.

Esa ausencia de consenso religioso formal, no implicaba que de hecho no estuviera presente uno informal. Sin la opción de imponerse con el respaldo de la fuerza del Estado, ni resultar obligatorio por ley, en buena parte del siglo XX fue el factor aglutinante de Occidente el sustrato judeo-cristiano, pautado por todos los factores de acuerdo sólido entre quienes profesaban distintas creencias pero coincidían en un núcleo duro común. Sin embargo, a partir de la segunda mitad de tal siglo, este acuerdo colectivo informal comenzó a resquebrajarse, y profundas divisiones se tornaron visibles dentro de la sociedad.

¿Es posible cohesionar un entramado social si no existe un acuerdo base en función de valores compartidos? Al respecto, Carlin cita el pensamiento del filósofo católico francés Jacques Maritain (1882-1973), según el cual, donde el consenso religioso resulta imposible, siempre puede alcanzarse un consenso moral, con apoyo en la “ley natural”, aplicable a todos los seres humanos por ser inherente a su condición de tales, sean creyentes, ateos o cualquier categoría intermedia.

Lo cierto es que las sociedades actuales presentan una característica que las diferencia de modelos históricos anteriores, vinculada a la exigencia de tolerancia, valoración y respeto de posiciones y creencias diversas. Para convivir en una sociedad plural, se vuelve un imperativo la necesidad de alcanzar consensos que impliquen armonizar distintos aspectos; desde éticas mínimas de convivencia hasta ideales de vida.

La idea del consenso moral basado en la ley natural como sustituto perfecto del consenso religioso aparece como una alternativa atractiva. Lamentablemente, en la práctica, se ha mostrado como una meta demasiado ambiciosa. No existe en Occidente hoy un consenso moral en muchos temas clave, como el aborto, el matrimonio y adopción entre parejas homosexuales, o la eutanasia, por citar solo algunos.

Afectan a nuestras sociedades severas divisiones en cuestiones de moralidad, y las diferencias parecen destinadas a agravarse. El individualismo, la centralidad del “yo”, el relativismo arraigado, conspiran en su favor. Los mismos sectores que reclaman tolerancia para sus prácticas o creencias, son los primeros en amordazar a aquellos cuyas creencias se oponen a las suyas. Pensemos, a vía de ejemplo, en las exigencias a legislar limitaciones a la objeción de consciencia que los partidarios del aborto legal promueven como parte de su plataforma. Pensemos también, dentro de Uruguay, en la “pérdida de códigos” que se señala como un factor determinante en la escalada de violencia delictiva.

¿Hacia dónde vamos? ¿Qué panorama podemos vislumbrar en el horizonte? Ante un poco probable eventual resurgimiento de consensos morales o religiosos; y una menos alentadora perspectiva donde lo único que cohesione el tejido social sean reglas mínimas de ética económica, queda planteado el irrenunciable espacio para la reflexión y la acción donde se juega nuestro futuro. La prescindencia no es aquí una opción válida.