El sábado 26 de enero, a las 19:00 horas, con invitación a todo público, tendrá lugar la 8ª edición del Gran Rosario de Bendiciones para la Familia en la Rambla de Montevideo.
En entrevista concedida a Gaudium press el pasado 14 de enero, Esther Meiklhe, una de sus organizadoras, comentaba: «el primer año esperábamos 200 o 300 personas y fueron 1.500, en el segundo fueron 3.000 y en el tercero 4.000 (…) Están viniendo del interior. Viene gente desde la Argentina. Es un suceso, es precioso».
El éxito de esta convocatoria, que llegó a sumar decenas de miles de participantes, es más impactante en un país como el Uruguay, donde el laicismo ha marcado impronta y los católicos suelen tener un “perfil bajo” a la hora de manifestar en forma pública su fe. En palabras del Arzobispo de Montevideo, Cardenal Daniel Sturla, citadas por el mismo medio, la concurrencia masiva al Rosario de la Rambla marca «que hay una necesidad de Dios, una necesidad de espiritualidad muy grande en mucha gente. Hay una necesidad de Dios muy fuerte tras esa capa agnóstica o laicista que muchos uruguayos tienen».
La breve pero intensa historia del rezo del Rosario en la Aduana de Oribe comenzó el último sábado de enero de 2012, por iniciativa de fieles de las parroquias de San Pedro Apóstol, Medalla Milagrosa, y San Alejandro y San Pedro Claver, apoyados por sus sacerdotes. Esto es, la idea de este encuentro partió de un grupo de laicos. Son laicos todas las personas que pertenecen a la Iglesia católica porque fueron bautizadas, pero que no son obispos, sacerdotes, ni forman parte de algún grupo de vida consagrada.
Para cada nueva edición del Rosario, decenas de voluntarios trabajan durante todo el año. Los colaboradores, en la previa y durante el día mismo del evento, se encargan de las distintas tareas logísticas, siempre apoyados en la oración constante y el trabajo en equipo. Como la misma Esther Meiklhe dijo a ICM Noticias, las cosas funcionan “porque está toda la Iglesia unida detrás de Jesús y María, no hay chacras, ni grupitos: somos uno”.
Pero más allá de detalles organizativos y de infraestructura, la previa del Rosario tiene toda una dimensión espiritual que corre en paralelo. Desde las redes sociales y por diferentes canales, se ha invitado a los cristianos a sumarse al rezo de una NOVENA de oración a María, como forma de preparar el corazón y ponerse en manos de Dios. Una novena católica es una devoción de oración privada o pública de nueve días por alguna intención especial. Hay novenas dedicadas a Jesús, al Espíritu Santo, como también a la Virgen María y a muchos santos. Pueden ser nueve días consecutivos o nueve veces un día de la semana determinado (nueve viernes, por ejemplo). En esta ocasión, la consigna ha sido ir recorriendo, los nueve días previos a la fiesta, distintas oraciones a la Virgen María de todos los tiempos. Así, según el día se han propuesto a los efectos bellísimos textos tradicionales difundidos por la web, entre otros el “Angelus”, “Bajo tu protección”, “Bendita sea tu pureza”, “Acordaos”, y la “Salve”.
El sábado 26 de enero, en el encuentro de oración, los católicos presentes pedirán a Dios y la Virgen María por la protección, la armonía y la paz en las familias. Lo harán en un país tan secularizado como el Uruguay, y en un entorno cultural marcado por la presencia del laicismo con pretensiones hegemónicas. Como ha sido habitual en ediciones anteriores, los presentes llegarán en grupo o en forma individual, a construir juntos un espacio de paz y espiritualidad. Y como ocurrió en las ediciones anteriores, seguramente cuando la jornada llegue a su fin, el emblemático y hermoso espacio verde frente a la Rambla que se ha constituido en la locación de esta práctica religiosa, quedará allí como un recordatorio de amor a Jesús y María.
Laura Álvarez Goyoaga
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